Gabriel Rufián 'pasa' de la amnistía

Está en boca de todos, no se habla de otra cosa, la amnistía se ha convertido en el tema de moda cuando se habla de política en España. Sin embargo, al diputado Gabriel Rufián, líder de ERC en el Congreso, parece no importarle demasiado. En sus redes sociales publica y retuitea sobre los temas más variopintos, excepto la amnistía.

En las últimas horas, sin ir más lejos, Rufián ha retuiteado un mensaje de apoyo al BNG, la reunión de Pere Aragonès con Pello Otxandiano, de EH Bildu, y una noticia que desmiente que Ripoll sea una ciudad insegura. Al diputado no le interesa solo la política. También ha compartido un hilo sobre el Tíbet y la efeméride de los 34 años de Bola de Drac en TV3.

El ‘pasotismo’ de Gabriel Rufián con la amnistía contrasta con la implicación del presidente de ERC, Oriol Junqueras. Son él y Pere Aragonès quienes están llevando el peso de la defensa de la amnistía en los medios de comunicación y desde el Govern. Pero no deja de sorprender el silencio del principal representante de ERC en el Congreso de los Diputados, donde tiene que aprobarse la ley.

El silencio de Gabriel Rufián

Hay que retrotraerse al 31 de enero, el día después de la votación de la ley en el Congreso, para encontrar una referencia de Gabriel Rufián a la amnistía. Ese día, el republicano compartió opiniones de otros como Julia Otero o Àngels Barceló. Desde entonces, ni una referencia indirecta de Rufián al tema estrella.

Eso sí, en todos los retuits del diputado se ve una misma intención, y es el ataque a Junts en la guerra abierta entre ERC y el partido de Carles Puigdemont. Así, por ejemplo, retuiteó el mensaje “he echado de menos unas risas cuando Miriam Nogueras ha dicho que Junts se mueve por el interés de los ciudadanos”. Más allá de estas indirectas, Rufián no se prodiga en la defensa de la ley de amnistía como línea maestra de la estrategia de su partido.

Un outsider en Esquerra

Hace tiempo que Gabriel Rufián ha dejado de ser un activo de su partido para convertirse en un outsider, a veces más próximo a otros partidos como Podemos. El republicano estuvo en la cuerda floja después de fracasar como candidato a la alcaldía de Santa Coloma, en mayo del año pasado. La militancia enfrentada a la cúpula le señaló como responsable, junto a Junqueras y Rovira, del declive del partido.

Junqueras no solo no le sacrificó, sino que renovó su confianza repitiendo como número uno en las listas del 23-J en el Congreso. Eso sí, ERC apostó esta vez por perfiles nuevos como Teresa Jordà y Francesc-Marc Álvaro. Cuando se trata el tema de la amnistía no es Rufián quien sale a hablar sino Pilar Vallugera, responsable de ERC en la comisión de Justicia del Congreso de los Diputados.

Así es como Gabriel Rufián, desgastado y de vuelta de todo, se dedica a la guerra soterrada contra Junts y poco más. El diputado ya desapareció de escena durante las negociaciones de investidura, y ahora mantiene un perfil bajo en plena tormenta de la amnistía. Parece estar más cómodo en ese papel de outsider que le permite evitar el desgaste de las batallas políticas cotidianas.