Primer plano de Gabriel Rufián con cara de preocupación
POLÍTICA

Gabriel Rufián se esconde tras su fracaso el 23J

Se ha convertido en un estorbo para ERC

Gabriel Rufián fue uno de los principales señalados por el tortazo electoral de ERC en las municipales del 28-M. Pese al rechazo de la militancia, Junqueras lo mantuvo como cabeza de lista en las generales del 23-J. Tras el nuevo batacazo, la cúpula ha decidido apartarle de la primera línea.

Si el 28 de mayo señaló el principio del ocaso de Gabriel Rufián, el 23 de julio confirmó su descenso. El que en su momento fuera la estrella ascendente de una Esquerra en auge ahora es un estorbo para el partido. Tanto es así que han decidido apartarle por un tiempo.

La elección de Marta Rovira para liderar las negociaciones de la investidura ha sido un claro mensaje. La elección tiene que ver con el perfil de “represaliada” de Rovira y su competencia con el “exiliado” Puigdemont. Pero también apunta a un discreto relevo del protagonismo de Rufián.

Además, la cúpula apuesta por llevar las negociaciones con discreción y rebajar el tono tanto respecto al PSOE como contra Junts. Por eso figuras como Marta Rovira y Teresa Jordà ganan enteros frente a la política de brocha gorda de Rufián. Mientras, en el trasfondo sigue la pugna entre Junqueras y Aragonès por el control del partido.

La extraña desaparición de Gabriel Rufián

Hay algo que llama la atención. Rufián hizo cuatro publicaciones en Twitter el 23 de julio, y desde el 24 hasta ahora en su cuenta reina el silencio. El de Santa Coloma de Gramenet fue junto a Junqueras la cara visible de la campaña y el que más intervino en los mítines, algo que contrasta con el silencio impuesto de repente.

Primer plano de Gabriel Rufián con cara de enfadado

Sorprende que Rufián, tan dado a lanzar puyas a sus adversarios, no se haya pronunciado sobre la polémica en torno a la investidura de Pedro Sánchez. Parece una directriz impuesta desde arriba, ya que ahora no interesa el ruido mediático. El motivo es la delicada situación en la que se encuentra el partido.

Por un lado está la sangría de votos, ya que en dos meses ERC ha pasado de primera a tercera fuerza en Cataluña y ha perdido seis diputados en el Congreso. Por otro lado está el papelón de la investidura. ERC se esfuerza por marcar un perfil duro en las negociaciones, pero en el fondo quiere evitar una repetición electoral.

ERC necesita nuevos liderazgos

A todo ello se suma la debilidad del gobierno en minoría en la Generalitat. Cada vez más distanciado de Junts y con el aliento del PSC en la nuca, el Govern Aragonès pende de un hilo. De hecho, si Junts rompe la baraja en Madrid y hay repetición electoral, podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas en el Parlament.

En Esquerra son conscientes de que se abre una nueva etapa de reconstrucción que exige nuevos liderazgos. En esta tesitura, Gabriel Rufián es uno de los primeros candidatos en saltar. Su silencio estos últimos días es una clara muestra del desgaste de su figura en plena crisis del procesismo que él mismo ha ayudado a alimentar todos estos años.

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