Carles Puigdemont hablando en un micrófono con una bandera catalana de fondo.
POLÍTICA

El futuro de Puigdemont desata una pelea entre dos de los ideólogos de Convergència

Agustí Colomines carga contra David Madí y asegura que el liderazgo del expresidente Puigdemont es sólido

Con la publicación de su libro, Merecer la victoria: el Proceso para adultos, la mano derecha de Artur Mas, David Madí, ha abierto un espacio de debate (bastante encendido) dentro del sector conservador del independentismo.

Ahora, Madí ha vuelto a dar una entrevista y ha llamado a Junts al realismo y a asumir la situación. Esto no ha gustado nada a otro pesado pesado de Junts como Agustí Colomines, que ha cargado con mucha dureza contra Madí.

Debilidad estratégica

En última instancia, la tesis de Madí es simple: que el proyecto indepe nunca tuvo la suficiente capacidad estratégica como para conseguir un objetivo de tanto calado como organizar un Estado. En este sentido, Madí no ha ahorrado en críticas a cierta actitud infantil dentro del nacionalismo catalán.

David Madí sale de un juicio en el Juzgado de lo Penal Número 23 de la Ciutat de la Justicia, a 27 de julio de 2022, en Barcelona, Cataluña (España)

“El catalanismo haría bien en entender cómo funciona de verdad todo. Se ahorrarían muchos 'drama queen' a los que nos tienen acostumbrados”, dijo, por ejemplo, durante la promoción del libro. Y tampoco ha escatimado en críticas a otros partidos. Sin ir más lejos, a la CUP la calificó de  “secta política encallada a medio camino entre una versión cutre del comunismo y un club de cannabis”.

David Madí, en definitiva, entiende que la política es el terreno de la fuerza y de la estrategia. Esto le ha llevado a elogiar la “cultura de poder” que tiene España, a diferencia de la cultura política catalana, tendente a la resistencia y, en ocasiones, al victimismo.

Asumir el resultado

Sobre las elecciones autonómicas del 12M, la conclusión de Madí es clara. “Por primera vez desde 1980 el catalanismo no suma mayoría absoluta. Hay un millón de votantes que hace una abstención de castigo militante. No sé si son capaces de entender el diagnóstico, pero, si no lo entienden, este les pasará por encima”, dijo en una entrevista a El Periódico.

Y ayer, en una entrevista para Agenda Pública, Madí se reafirmó en sus tesis. Es decir, que el escenario ha cambiado, que Puigdemont debe asumirlo y que Cataluña entra en una nueva fase, que no es otra cosa que el resultado de un fracaso. “El independentismo del 1 de octubre ha perdido estrepitosamente. Pero esta fase acabará evolucionando”, dice Madí.

Carles Puigdemont hablando en un podio con micrófonos, sosteniendo papeles en la mano, fondo verde.

Más allá del análisis panorámico, el dardo más interesante es el que le manda al expresidente Puigdemont y a sus seguidores. En esencia, Madí les dice que instalarse en un fracaso no va a dar resultados. El motivo es que “el mandato electoral siempre existe”. En este caso, el mandato electoral es que el procesismo no suma mayoría en el Parlament.

Colomines estalla

Tanto el libro, como las ideas y la figura de David Madí parece que no gustan mucho a otra figura importante de Junts: Agustí Colomines. En un extenso mensaje publicado en redes sociales, Colomines carga con bastante dureza contra David Madí. Colomines califica de “tramposo, mentiroso y arrogante” el libro de Madí. De la misma manera, le acusa de darse “un protagonismo que no tiene”.

Por el resto, Colomines no entra demasiado en los argumentos que plantea Madí. Por el contrario, los descalifica y se reafirma en su postura. Entre otras cosas, Colomines asegura que “absolutamente nadie” del entorno de Puigdemont está en estos momentos intentando convencer al expresidente de que se le ha pasado el arroz.

Primer plano de un hombre

Así mismo, Colomines tampoco ahorra en calificativos despectivos contra Madí: “sanguijuela”, “olor a naftalina”, traidor, etc. “¿Es que Madí no ha entendido qué pasó el 8 de agosto? La política es para gente adulta y no para una banda de farsantes que quieren salvar el pellejo a costa de enterrar a Puigdemont y el independentismo representado por Junts”.

De esta manera, queda constatado que hay dos posturas dentro del soberanismo conservador. Una que asume la derrota del independentismo y que pide aprovechar las ventanas de oportunidad que puedan aparecer, y otra que se mantiene en la fidelidad al expresidente Puigdemont. Por el momento, esta última parece que es la que se impondrá.

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