Montaje de la Universitat de Lleida y una mujer de la limpieza desenfocada
POLÍTICA

La foto que deja en evidencia a la izquierda pro Palestina de una universidad catalana

Como suele ser habitual, las protestas estudiantiles las tienen que limpiar los trabajadores más precarios

La Universidad de Lérida ha vivido una jornada de protestas y reivindicaciones estudiantiles. El motivo no es otro que la guerra en Palestina. A diferencia de la mayoría de universidades, que sí han roto relaciones con Israel, el Consejo de Gobierno de la UdL ha decidido no romper las relaciones con el país hebreo.

De este modo, la propuesta estudiantil ha sido desestimada por 26 votos en contra frente 13 a favor, ha explicado la universidad en un comunicado. En cualquier caso, desde la universidad dicen “haber puesto sobre la mesa las reiteradas violaciones del derecho internacional” y “han defendido el boicot académico como una herramienta de presión lícita y no violenta para presionar al Estado israelí”.

Protestas y después a limpiar

Por su parte, los estudiantes no han aceptado esta decisión y han puesto el grito en el cielo. Después de la votación, un grupo de estudiantes propalestinos intervinieron en la rueda de prensa que ofreció el rector, el profesor Jaume Puy i Llorens, y lo increparon en público:

Poco después, los estudiantes continuaron con sus protestas y lanzaron pintura contra algunas puertas y paredes. Algo que tuvo que ser limpiado por parte del equipo de limpieza y, en particular, por una de las trabajadoras, que tuvo que ir con espátula limpiando una por una las manchas en el suelo:

Este es otro ejemplo de la dinámica de las protestas universitarias. Muy intensos y reivindicativos, los movimientos estudiantiles se suelen resolver con protestas más o menos mediáticas que no tienen mucho mayor recorrido. En el mejor de los casos se quedan en una cuestión interna porque, en muchas ocasiones, no son más que un amplificador de las juventudes de los partidos, sobre todo de los partidos más antisistema.

Al mismo tiempo, también es habitual que las protestas oscilen entre la reivindicación y la fiesta. Algo que genera escenas de residuos y desórdenes que tienen que ser limpiadas por parte de unos trabajadores que casi siempre tienen unas condiciones más bien precarias.

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