Fiasco de la ANC en su última protesta

La ANC parece empeñada en coleccionar pinchazos. Tras la baja participación en la Diada independentista del 11 de Septiembre, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha vivido otra decepción este mismo viernes. Apenas unas decenas de personas han acudido a la concentración convocada hoy en Barcelona.

La entidad radical presidida por Dolors Feliu había convocado una concentración para recibir a los ministros de Transportes de la UE. Quería “dejar claro que la única vía es la independencia”. Sin embargo, la imagen dada finalmente no ha sido la más deseada.

Apenas unos cincuenta radicales se han citado a las puertas del Hospital de Sant Pau en un nuevo fiasco de la ANC. La entidad hace tiempo que abandonó la transversalidad por una intransigencia que genera división y desafección. Aun así no se rinden y ya miran a las próximas movilizaciones del 1 de octubre.

Un puñado de esteladas y pancartas

Unas decenas de manifestaciones han exhibido esteladas y pancartas profiriendo consignas y cánticos independentistas. Entre las reivindicaciones destaca la de la falta de inversiones en infraestructuras en Cataluña. Un tema muy de actualidad debido a las negociaciones de los partidos independentistas con el Gobierno.

La presidenta de la ANC, Dolors Feliu, ha puesto precisamente el acento en la supuesta infrainversión del Estado en Cataluña. Considera que la celebración de la reunión en Barcelona parece una provocación. “Solo quieren mostrar que Cataluña es España, mientras el Estado español maltrata a los catalanes en materia de transporte”, afirmó.

Para la presidenta de la ANC, la falta de inversiones solo se soluciona con la independencia de Cataluña. Ha puesto como ejemplo el estado del servicio de Cercanías en la región, y el sistema radial de la alta velocidad ya que todos los trenes pasan por Madrid.

Pocos pero ruidosos

La presidenta de la ANC se ha excusado cuando le han preguntado por qué habían tan pocas personas. Dice que la convocatoria fue a última hora y eso ha dificultado la asistencia. La realidad es que la Assemblea ya no tiene la capacidad de atracción que hace unos años.

Eso sí, los pocos que había eran muy ruidosos y han tenido que ser vigilados de cerca por la policía. Los agentes han impedido que cortaran la calle, mientras se escuchaban cánticos como “le llaman democracia y no lo es”. Incluso había alguno disfrazado de pescado, con el mensaje “ni tarde ni como sardinas”.