Se abre una puerta para Feijóo

La inclinación del PP a reunirse con Junts para pactar la investidura de Alberto Núñez Feijóo ha causado mucho revuelo. Sin embargo, la probabilidad de un acuerdo es casi inexistente. Forma parte más bien de una estrategia de Génova para presentar a Feijóo como un serio candidato a la presidencia.

En realidad, la estrategia de los populares sigue pasando por dos únicas opciones: aprovechar el protagonismo del debate de investidura para mejorar el resultado en unas nuevas elecciones, o pactar la investidura con el PNV. Y preferentemente, esta última.

Las últimas conversaciones han acercado las posiciones entre populares y nacionalistas vascos, y Feijóo se muestra optimista. Creen que en el PNV se van dando cuenta de los riesgos de pactar con Pedro Sánchez. Y ven más factible arrastrar a los jertzales hacia su posición natural, la derecha.

Optimismo en el PP por la investidura

La conversación mantenida ayer entre el lehendakari Urkullu y el candidato Feijóo ha dejado un buen sabor de boca en el PP. El presidente vasco emplazó a su interlocutor a negociar la investidura directamente con el PNV. Lo hizo en un marco de cordialidad que, según los populares, abre una puerta a la esperanza.

“Una charla franca y provechosa” para un análisis “del presente y el futuro”, así es como definió el gobierno vasco la conversación de ayer. Para los populares, esto consolida la esperanzadora idea de que en el PNV hay un sector reacio a Pedro Sánchez. El principal escollo sigue siendo la presencia de Vox en la coalición conservadora.

A Feijóo le siguen faltando cuatro diputados para ser presidente del Gobierno, y la opción de Junts no es una vía realista. El PP cree que las negociaciones del PSOE con Waterloo van a fracasar, y que entonces llegará el momento de Feijóo. En este contexto, la decisión del PNV será la clave de todo.

Urkullu lanza una ambiciosa propuesta

El PNV no tendría ningún reparo en escoger a Feijóo antes que a Sánchez, solo con dos condiciones. Una, que la extrema derecha no esté incluya en la coalición de Gobierno, y otra, que el PP contemple la plurinacionalidad de España. En este sentido, el lehendakari ha lanzado una ambiciosa propuesta.

El presidente vasco propone una reinterpretación de la Constitución para un nuevo pacto, que no requiera necesariamente la modificación de la Carta Magna. Según Urkullu, la idea es “utilizar la actualización de los derechos históricos, como establece la disposición adicional primera de la Constitución”.

El fin último sería ampliar el autogobierno de las regiones históricas para reconocer la “capacidad de decidir” de forma pactada con el Estado. Según ha dicho, es la mejor vía para solucionar los conflictos territoriales latentes. El PP está lejos de esta tesis, pero no se cierra a hablar sobre el modelo territorial.