Feijóo culpa a Vox de su fracaso

El PP sigue lamiéndose las heridas de la decepción electoral del 23-J. El partido de Alberto Núñez Feijóo ganó las elecciones, pero con una mayoría insuficiente para la formación de un gobierno alternativo. Todo un mazazo para la derecha, teniendo en cuenta los resultados avasalladores de las elecciones municipales y autonómicas, dos meses antes.

Con 136 diputados, los azules quedaron lejos del mínimo de 150 al que aspiraban. Esto, y la errática política de pactos territoriales con Vox han sembrado las dudas sobre el propio Feijóo. Este intenta ahora blindar su posición mediante el apoyo de los barones territoriales.

Lejos de esquivar el bulto de la decepción electoral, Feijóo ha compartido estos días con los líderes territoriales su análisis de los errores cometidos. Y más allá de alguna otra cuestión contingente, ha puesto el acento en el que para él es ahora el gran lastre del partido, y que no es otro que su alianza con Vox.

El miedo a Vox

Feijóo ha reunido estos días a la Junta Directiva Nacional para valorar la estrategia nacional del partido en el contexto político actual. Así, el presidente del partido ha trasladado a los barones su preocupación por el coste electoral de los pactos con Vox.

Según encuestas internas que maneja la dirección, ha habido una fuga importante de votos por el famoso miedo a Vox. Preocupa sobre todo la pérdida de un importante nicho de votantes entre las mujeres jóvenes y el movimiento LGTBI. Muchos de ellos optaron por votar al PSOE, temerosos de sufrir un retroceso en sus derechos con un gobierno  con Vox.

Además, les encuestas internas muestran que los pactos territoriales con los de Abascal han castigado electoralmente al PP. Sumar puede generar rechazo a algunos votantes, pero a diferencia de Vox ya tienen experiencia de gobierno. En cambio, la incertidumbre de los ultraderechistas puede generar más incertidumbre.

PP y Vox siguen muy lejos

El reciente acuerdo de gobierno entre PP y Vox en Murcia cierra la conformación del nuevo mapa político territorial en España y sella la alianza estratégica de la derecha. Esto tendría que servir para acabar con las dudas. Pero en Génova siguen sin tener claro que ir con Vox les beneficie a corto plazo.

Las encuestas demoscópicas muestran que si hubiera repetición electoral casi no cambiaría la correlación de fuerzas en el Congreso. Es decir, que los dos bloques volverían a quedar casi empatados. Y mientras el PP siga de la mano de Vox, seguirá sin poder atraer a otras fuerzas como los nacionalistas vascos.

Además, el acuerdo de gobierno en Murcia ha hecho aflorar de nuevo la distancia entre PP y Vox. En la misma sesión de investidura tras cerrar el pacto, el propio López Miras desafió a los de Abascal reafirmando su compromiso “contra la violencia de género”. Marcó así una línea roja frente a las imposiciones de Vox en otras comunidades sobre este tema.

Feijóo, Ayuso y los dos pepés

En el PP coexisten hoy en día dos posiciones muy claras. Algunos ven necesaria la alianza con Vox, mientras otros creen que hay que pasar de los Abascal y buscar un gran acuerdo con el PSOE “sensato”. 

La dirección actual se encuentra en este último grupo. El gallego propondrá ser investido con grandes pactos de gobierno que susciten el consenso de los grandes partidos para superar la política de bloques y aislar a los extremos. Aunque su alianza con Vox sigue en pie, se nota que Feijóo lo hace a regañadientes.

El nombre de Isabel Díaz Ayuso suena cada vez con más fuerza para relevar a Feijóo. La presidenta de la Comunidad de Madrid fue de las primeras que bendijo los pactos territoriales con Vox, y mantiene buena conexión con sus representantes en Madrid como Rocío Monasterio. Además, comparte con ellos una posición más radical contra el PSOE y sus socios de lo que ha demostrado hasta ahora Feijóo.