Feijóo se cobra su venganza contra Junts y ERC
El PP está dispuesto a no dejar pasar ni una a los independentistas
La conformación de las mayorías en las Cortes ya hacía prever una legislatura conflictiva. El PSOE se ha asegurado el control de la Mesa del Congreso, pero el PP ostenta la mayoría absoluta en el Senado. A las primeras de cambio ha saltado el primer enfrentamiento entre ambas cámaras legislativas.
El PSOE y Sumar impulsaron desde la Mesa del Congreso la cesión de diputados a ERC y Junts para que tuvieran grupo propio. Pero el PP, desde el Senado, ha bloqueado esta maniobra momentáneamente. Se cobra así su venganza por la complicidad de los independentistas con Pedro Sánchez.
En juego están los 2,3 millones de euros que se embolsarían los partidos independentistas por tener grupo propio en el Congreso. En todo caso, muestra la casa de los líos en la que se ha convertido el parlamento español. Y esto, con la investidura aún en el aire.
El PP para los pies a PSOE y Junts
ERC y Junts han conseguido grupo propio gracias a una maniobra del PSOE envuelta en la polémica. Los precedentes permiten la cesión temporal de diputados para alcanzar el mínimo exigido. Pero en el caso de los diputados del PSOE cedidos a Junts se ha retorcido el reglamento hasta rebasarlo.
PP y Vox consideran que se trata de un fraude electoral porque se han cedido los votos que pertenecen a las candidaturas y no a los diputados. Génova se está planteando llevar el caso al Tribunal Constitucional para anular los dos grupos. Vox, en cambio, ha optado por recurrir la decisión ante la propia Mesa del Congreso.
En el Senado, el PP podría utilizar su holgada mayoría para frenar los tejemanejes de los independentistas catalanes. De momento ha puesto el caso en manos del departamento jurídico para valorar los pasos a seguir. En el trasfondo está también el contexto político actual.
Se juegan 2,3 millones
El PP se ha abierto a negociar con Junts y el lío del grupo propio puede ser visto como un obstáculo para los de Puigdemont. Sin embargo, hay pocas esperanzas de que pueda haber un acuerdo entre ambos partidos. En Génova tienen claro que hay que seguir adelante con la impugnación de los grupos propios.
Sería un duro golpe a los partidos independentistas, que se juegan 2,3 millones en los próximos cuatro años. Si finalmente vuelven al Grupo Mixto, tendrán que repartir esa cantidad con el resto de partidos. Además, perderían los privilegios políticos que supone tener grupo propio en el Congreso.
Esto hace prever una batalla continua entre la Mesa del Congreso del Senado. Ambos órganos tienen la capacidad de favorecer o bloquear leyes, así que pueden ser utilizados por PSOE y PP como un arma política en sus enfrentamientos.
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