Una persona sentada en el suelo revisando su teléfono móvil mientras está rodeada de otras personas en un espacio público.
POLÍTICA

Una extutelada de la DGAIA advierte que hay más casos como la menor de 12 años violada

Asegura que se normalizó la relación de las menores tuteladas con hombres mucho mayores

La Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) sigue en el foco de la polémica. Aunque entre 2018 y 2020 se aumentó generosamente la aportación a la DGAIA, durante años falló en su función de protección de los menores. El caso que lo ha precipitado todo es el de una niña tutelada de 12 años que cayó víctima de una red de pederastia.

Quienes han destapado las irregularidades en la DGAIA llevan tiempo avisando de que esto era solo la punta del iceberg. Otra joven extutelada confirma que el caso de la menor violada no fue el único y hay más. De hecho habla de una “normalización” de este tipo de casos en los centros.

El fracaso del sistema de protección de menores vulnerables coincide con la corrupción sistémica del organismo cuando estaba bajo control de ERC. Durante años se benefició a entidades del tercer sector afines a Esquerra con adjudicaciones irregulares de contratos y creación de plazas fantasma. PSC, ERC y Comuns han impulsado una comisión de investigación para intentar tapar el caso.

Regalos a cambio de favores sexuales

Una testigo ha afirmado en TV3 que las relaciones entre menores tuteladas por la DGAIA y hombres mucho mayores, de hasta 55 años, eran algo casi normal en los centros. Se trata de Judit, una joven que pasó su adolescencia en un centro tutelar de la Generalitat. Afirma que era habitual ver a hombres adultos acercándose.

Según explica, estos hombre aprovechaban la situación de vulnerabilidad de la menores para establecer vínculos en la calle o a través de las redes sociales. Era habitual que fueran al centro a buscarlas en coche y las invitaran a tomar algo. 

Estas jóvenes se sentían abandonadas y de pronto veían que alguien les estaba ofreciendo afecto o simplemente algo material. A veces bastaba con un paquete de tabaco, unas bambas o un móvil nuevo, dice esta testigo. Judit asegura haber visto a chicas que recibían regalos y cuando volvían lloraban por las noches.

Estos hombres ofecían regalos a cambio de favores sexuales, y en algunos casos eran relaciones sostenidas en el tiempo. Todo esto ocurría en centros donde se supone que la Generalitat tenía el deber de proteger a las menores.

Fallo en la protección y el acompañamiento

El caso de la red de pederastia que tuvo como víctima a una joven tutelada por la DGAIA ha conmocionado a la opinión pública. Esta chica fue captada por un hombre mayor que la sometió de forma sistemática a la violación de varios hombres. Más tarde, la propia DGAIA autorizó que la menor huyera con un hombre diez años mayor. 

Según Judit “no es la única niña a la que le ha pasado esto” y “es una cosa que a veces se normaliza en los centros”. Ella asegura haber visto a varias de esas niñas que recibían regalos a cambio de favores sexuales.

La pregunta que se hacen ahora muchos es dónde estaba el sistema de protección de estos menores. Según Judit, algunas chicas lo explicaban a los cuidadores y se activaban los protocolos. Pero otras veces no se veían con el coraje suficiente y lo ocultaban.

Una de las razones es que el constante cambio de educadores en un mismo centro impedía a las menores tuteladas establecer vínculos con ellos. Esto ha derivado en un fallo general del sistema de protección y acompañamiento de los menores vulnerables. El Govern ha prometido cambios estructurales en un organismo manchado por la negligencia y la corrupción.

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