Un exconsejero del Govern de ERC pide no ocultar la nacionalidad de los delincuentes

La sangrienta verbena del domingo en Cataluña sigue dando que hablar. “Antes los titulares de San Juan iban de quemaduras y curas en los hospitales, hoy es portada por los muertos y los detenidos”. El autor de estas palabras es Alfred Bosch, exconsejero de Acción Exterior en el Gobierno de Quim Torra (2018-2020).

El exdiputado de ERC ha escrito un artículo de opinión en El Món sobre el problema de la seguridad en Cataluña. Un artículo que sorprende por su contundencia al hablar sobre inseguridad y delincuencia, e incluso de inmigración, viniendo de alguien de Esquerra. Los republicanos, reticentes a reconocer el auge de la delincuencia en Cataluña, han sido señalados precisamente por sus políticas públicas de seguridad al frente del último gobierno.

Alfred Bosch reflexiona sin pelos en la lengua sobre dos cuestiones “que nos obligan a pensar qué tipo de sociedad tenemos a nuestros alrededor”.

En primer lugar, “el aumento de la violencia pura y dura”. Según Bosch, “nuestra posición en el mundo, el tránsito constante de gente, la actividad económica; todo ello está facilitando una violencia a la cual no estábamos acostumbrados”. Advierte de que “nos encontramos en un cruce destacado del crimen internacional”.

Pero donde el exconsejero pincha en hueso es al señalar la segunda cuestión. Y es que, según apunta, “la mayoría de estas acciones se producen fuera de la sociedad catalana más enraizada y se asocian casi siempre con personas de paso, turistas y recién llegados”. No se corta al afirmar que “tanto entre los perpetradores como entre las víctimas dominan las nacionalidades extranjeras y las minorías étnicas”.

Bosch reconoce que es un asunto “incómodo” y que él mismo, al escribir, piensa “cuál es la mejor fórmula para decir la verdad sin meterme en ningún lío ideológico, político o cultural”.

No ocultar la nacionalidad

Alfred Bosch aborda un tema espinoso, y es “la dificultad que tenemos para hablar sobre hechos delictivos sin embudos, ofreciendo toda la información que tenemos a mano”. La razón es, según él, “el miedo que nos asalta, pensando que cierta información serviría para explotar un discurso xenófobo o directamente racista”. 

En este sentido, afirma que “en general nunca se facilitan datos sobre la procedencia ni la complexión de los involucrados” en actos delictivos. En su opinión, “la falta de información no puede ser nunca positiva”, sobre todo cuando obedece a la “correción política” o a un “dogma concreto”.

Se pregunta por qué mencionamos el sexo, especialmente en casos de violencia de género, y la edad, distinguiendo entre menores de edad. Pero en cambio “callamos cosas tan visibles como la apariencia física, el color de la piel o la nacionalidad de los implicados”.

Rompe el silencio

Ante la duda, Bosch cree que hay que hacerse la siguiente pregunta: “¿El origen o el físico de los implicados nos ayuda a entender lo que ha pasado?”. Él cree que “la mayoría de las veces sí”. En cualquier caso, concluye que “los medios tienen la misión de informar, no de proteger a los lectores escondiendo información”. 

Acaba diciendo que “el crimen global ya está en nuestro país”, y que “esta verbena nos puede servir para entender mejor la realidad que nos rodea, no silenciando las obviedades sino explicándolas a fondo”.

Alfred Bosch rompe así el silencio dentro de ERC, donde se ha impuesto el principio de la negación con el pretexto de no dar alas a la extrema derecha. De hecho, para los dirigentes de Esquerra, hablar de delincuencia e inmigración es comprar el marco mental del racismo y la xenofobia. Empezando por Pere Aragonès y Joan Ignasi Elena, señalados precisamente como principales responsables de la crisis de seguridad que vive Cataluña.

¿Qué pensarán de las palabras de Alfred Bosch, uno de los suyos?