Imagen del hemiciclo del Parlament de Catalunya vacío fotografiado desde el puesto de la presidencia de la Mesa
POLÍTICA

Empieza la cuenta atrás para la repetición electoral en Cataluña

Si ningún candidato obtiene los apoyos necesarios antes del 26 de agosto, los catalanes volverán a votar en octubre

Este miércoles vuelve la actividad al Parlament de Catalunya. Una vez iniciada la legislatura el pasado 10 de junio, el presidente de la cámara catalana, Josep Rull, tenía la obligación de convocar el primer pleno de investidura para proclamar a un nuevo president de la Generalitat.

Sin embargo, ninguno de los dos aspirantes (Salvador Illa y Carles Puigdemont) tiene todavía los apoyos necesarios. Por este motivo, trasladaron a Rull la voluntad de no someterse a una investidura fallida. A pesar de esta situación de bloqueo, el presidente del Parlament iniciará hoy a las 11.00 horas un “acto equivalente” a la sesión de investidura que servirá para iniciar la cuenta atrás para la convocatoria automática de nuevas elecciones en Cataluña.

Montaje de Puigdemont y Salvador Illa con el proyecto de Hard Rock de fondo

Por lo tanto, este miércoles se pondrá en marcha el cronómetro para la repetición electoral en Cataluña. Tanto Salvador Illa como Carles Puigdemont tendrán ahora dos meses para conseguir los apoyos que necesitan. Si no lo consiguen -tienen de plazo hasta el 26 de agosto-, al día siguiente se convocarán de nuevo elecciones, que en principio se celebrarían el domingo día 13 de octubre (y solamente habría una semana de campaña y no dos como es habitual).

La financiación, la clave de las negociaciones

El PSC sigue negociando con ERC para que los republicanos voten a favor de Salvador Illa. Los socialistas tienen en su mano articular una mayoría “progresista” con Esquerra y con los Comuns. Los de Marta Rovira ya dejaron claro que no tienen intenciones de entrar en el ejecutivo, pero no descartan dar sus votos al candidato del PSC.

Para ello, ERC ha puesto como cuestión central la llamada “financiación singular”. Un eufemismo del concierto económico como el que tiene el País Vasco. En definitiva, lo que quieren los republicanos es que la Generalitat tenga “las llaves de la caja”. Los socialistas, en cambio, son reacios a esta petición. Están de acuerdo en mejorar la financiación de Cataluña, pero su idea no pasa por regalar todas las competencias en recaudación de impuestos a la Generalitat. 

Desde el PSOE y Moncloa, eso sí, están buscando fórmulas para presentar un proyecto que pueda convencer a los republicanos sin que esto ocasione una guerra entre comunidades autónomas. No lo tendrán fácil, ya que gobiernos y partidos de territorios como Valencia, Galicia, Madrid, Aragón o Andalucía ya han dejado claro que no piensan tolerar que haya más concesiones a la Generalitat que les puedan significar un agravio para el resto de comunidades.

Marta Rovira, secretaria general de ERC, dando un discurso

Mientras siguen las negociaciones entre el PSC y ERC, Junts sigue esperando su turno. Saben que los números no dan para que Carles Puigdemont sea investido president de la Generalitat (necesitan una casi imposible abstención del PSC), pero confían en que las conversaciones entre socialistas y republicanos colapsen y Cataluña se vea condenada a acudir de nuevo a las urnas. Este es, sin duda, el principal objetivo de los juntaires para un verano que se prevé movido en la política catalana.

De hecho, varios sectores del entorno de Junts ya hablan abiertamente de ir de nuevo a elecciones y hacerlo en coalición con ERC con el objetivo de que Salvador Illa no vuelva a ganar los comicios en Cataluña. El problema de esta estrategia es que, por un lado, los republicanos no acaban de ver con buenos ojos repetir la fórmula de Junts pel Sí. Y, por el otro, no hay nada que asegure que esta hipotética coalición obtenga los votos necesarios para poder gobernar. Y es que, con la CUP y ERC en caída libre, el procesismo lo tiene prácticamente imposible para que, ni siquiera, se acerque a los 68 diputados necesarios para poder gobernar. 

En las elecciones del 12 de mayo, los procesistas (Junts, ERC y la CUP) obtuvieron 59 escaños. Y, según las encuestas, ni una coalición entre republicanos y juntaires serviría para obtener la mayoría en el Parlament. 

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