Pedro Sánchez y Óscar Puente dándose la mano amistosamente en el hemiciclo del Congreso de los Diputados
POLÍTICA

Los escraches se giran ahora contra la izquierda

Se invierte la situación y ahora son los políticos de izquierdas los que reciben su dosis de “jarabe democrático”

El gobierno del presidente Sánchez ha despertado muchas tensiones entre la ciudadanía. Tensiones que se expresan en las constantes muestras de desprecio público que viven algunos políticos del PSOE. Esto son los famosos escraches, que en su día fue patrimonio de la izquierda y de la teoría del “jarabe democrático”.

Óscar Puente: antes un tren y ahora un avión

Uno de los ministros más polémicos de Sánchez es Óscar Puente. Este político se hizo famoso en el debate de investidura - fallido - de Feijóo por su tono bronco. Ahora, es Ministro de Transportes y una pieza fundamental del llamado “gobierno político” de Sánchez.

Después de su duro intervención en el Congreso, Puente fue increpado por un tren y se armó una buena polémica. Tuvieron que detener el transporte durante un tiempo porque el ahora ministro llamó a la policía. El altercado se produjo a raíz de un ciudadano que le preguntaba por Puigdemont.

Pues bien, ahora, el ministro Puente tiene que seguir aguantado lo que Podemos denominó “jarabe democrático”. Algo que a la postre consiste en asaltar en público a tal o cual político. La última ha sido en un avión, en el que un pasajero le grabó con su móvil y le preguntó por el famoso Falcon:

Óscar Puente, increpado de nuevo en un avión por un pasajero: "Traidor"

Sánchez y el tanatorio de Concha Velasco

El presidente Sánchez no es precisamente objeto de ovaciones cuando está en la calle. Allá adónde va es recibido con abucheos: desde el desfile militar hasta su toma de posesión en el Congreso. Su última dosis de “jarabe democrático” fue en el tanatorio de Concha Velasco, en el que fue recibido a gritos de “¡Fuera!”.

Sánchez, recibido entre abucheos a la capilla ardiente de Concha Velasco

Las protestas en Ferraz son otro ejemplo. Los socialistas y los medios de comunicación afines no dudan en deslegitimar las protestas hablando de ultras y radicales. Porque si algo es evidente es que un mismo partido tiene discursos diferentes sobre la protesta ciudadana cuando está en la oposición o en el gobierno

Estos son, en fin, ejemplos claros del descontento ciudadano con el actual gobierno. Algo que sitúa a la izquierda en una posición complicada. Porque en su día defendían la legitimidad de la ciudadanía para increpar a sus representantes y ahora les toca aguantarlo. 

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