ERC y Junts se hunden en Cataluña mientras el PSC arrasa

Al calor de la abstención y del desengaño, estas elecciones europeas han confirmado la tendencia de las pasadas elecciones autonómicas en Cataluña. Con un 30,6% del voto, el PSC hace suya Cataluña y consigue la primera posición. De paso, vuelve a ser una verdadera fuente de votos y escaños para el PSOE a nivel nacional.

Pero más destacado aún es el resultado del procesismo, que firma un mal resultado. Junts consigue un único escaño para Toni Comín y la coalición de ERC, Ahora Repúblicas, se queda como estaba con 3 diputados.  Aunque lo más revelador es el análisis del porcentaje de voto de cada formación.

En comparación con las últimas europeas, Junts se ha dejado en Cataluña un 10,6% de voto y ERC - Ahora Repúblicas - un 6,4%. Con respecto al resultado del resto de formaciones, se confirma también la tendencia del 12M.

El PP se dispara y obtiene la cuarta posición con el 13,8% de los votos y Vox se mantiene con un destacado crecimiento del 4,2%. Por su parte, Podemos entra con cierta fuerza (4,6%), le saca un 0,3% de ventaja a los Comuns (4,3%) y le gana la partida a Yolanda Díaz en Cataluña. La otra sorpresa de la noche, Alvise Pérez, firma un 2,8% de votos en Cataluña.

Influencia inmediata en el Parlament

La influencia de estos resultados en Cataluña será clara porque coincide el hecho de que mañana se abre la legislatura en el Parlament y se escoge la nueva Mesa. Así mismo, el próximo 25 de junio será el primer debate de investidura de un candidato. Ahora, con los resultados de las catalanas y de las europeas encima de la mesa, Salvador Illa podrá destilar más seguridad que nunca.

Por otra parte, solo la insistencia y los malabarismos parlamentarios pueden llevar al procesismo a intentar mantener el poder en la Generalitat. Aunque no tengan ningún efecto aritmético en el Parlament, los resultados de estas europeas vuelven a restar legitimidad a Junts y a ERC para arrebatarle la presidencia a Illa. Y más aún para resucitar un ‘Junts pel Sí’, algo que destacados procesistas como Artur Mas o Lluís Llach ya han pedido.

Queda claro, entonces, que la abstención es la principal corriente política dentro del votante nacionalista catalán. Y también la que más perjudica al procesismo.