ERC vuelve al 2010 y se apunta al ‘peix al cove’

ERC tenía, hace unos pocos años, una estrategia política bastante clara a seguir. No hablamos de proclamar la independencia de Cataluña (ellos mismos declararon ante el juez que esta nunca fue esa la intención del referéndum del 1 de octubre de 2017). Hablamos de convertirse en el partido central del catalanismo, ahora reconvertido en independentismo. Pescar todos los votos posibles del espacio de la antigua CiU y también del sector más soberanista del PSC, con el fin de tener la hegemonía en este espacio político.

Para cumplir este objetivo han fichado a exdirigentes socialistas y de Iniciativa per Catalunya, del entorno de la CUP e incluso de Unió Democràtica. Y también han rebajado su discurso, renunciando a la unilateralidad y apostando por pactos con el Gobierno de Pedro Sánchez. 

Esta táctica parece que no ha cuajado ni en sus convencidos ni en quienes tenían que convencer. Llegaron a ser la fuerza más votada en Cataluña en las últimas elecciones generales y ostentan la presidencia de la Generalitat. Pero en las municipales quedó demostrado que su estrategia empieza a estar agotada. 

Ni el batacazo de las municipales les ha hecho cambiar de idea. Y en las próximas generales siguen la misma estrategia que les ha llevado a perder 300.000 votos. ERC ha vuelto al pasado, lo sigue apostando todo al ‘peix al cove’ y está quedando demostrado en esta campaña.

“Defender Cataluña es defender sus servicios, infraestructuras y condiciones laborales dignas. Es defender su lengua, su gente y la libertad para decidir nuestro futuro”, decía Gabriel Rufián este jueves en la cadena SER. Una frase que, sin duda, podría haber firmado Artur Mas o incluso Jordi Pujol.

También en su programa electoral se puede este regreso al pasado de Esquerra. “Exigimos un sistema de financiación que termine con el déficit fiscal” en Cataluña. Esto es exactamente lo que defendía Convergència i Unió por allá el año 2010. Queda claro que su meta no es otra que tener el peso suficiente en Madrid para conseguir pequeños avances para Cataluña, como pasaba años atrás.

ERC ha apostado por volver al pasado, pero obviando todo lo que pasó en 2017. Como si el ‘procés’ no hubiera sucedido nunca y que el contexto político español (y catalán) tampoco hubiera cambiado. De momento, ya fueron castigados el 28-M y ahora las encuestas auguran otro descalabro para el 23-J.