El idilio amoroso de ERC con Podemos
Podemos se hunde y necesita aliados para poder hacerle la guerra al gobierno y, sobre todo, a Yolanda Díaz
Podemos, dice Ione Belarra, busca ‘recuperar autonomía política’, o sea, sobrevivir. Desde que apareció Sumar y puso la bandera, el partido morado se encuentra en proceso de desaparición. Su estrategia de supervivencia pasa ahora por encontrar nuevos aliados, es decir, ERC y todo lo que quepa dentro de la “izquierda plurinacional”.
Por su parte, ERC se deja querer porque, a su manera, también se hunde aunque no tan rápido como Podemos. A su lucha habitual con Junts se le suma ahora que ya empiezan a oír los tambores del PSC en las próximas autonómicas. En suma, que la “izquierda plurinacional” se parece mucho a un conjunto de partidos que se van a necesitar entre sí.
Podemos: salirse de Sumar no es gratis
Si Podemos quiere ser Podemos y no una provincia de Sumar, necesitan ser identificados como un partido diferente. Cosa que van a buscar entorpeciendo la actividad legislativa de sus “socios” de gobierno. El procedimiento es evidente: llevarle la contraria al ejecutivo y hacerse los mártires si Sumar, por ende, les echa del grupo parlamentario.
Pero esto tiene un problema: que hay que pagarlo. Si Podemos toma este camino, se tendrían que ir del grupo parlamentario y perder la asignación que les da Sumar. Porque, a todo esto, Podemos ha dejado de percibir alrededor de tres millones y medio de euros desde la última legislatura.
Sobre este asunto, Yolanda Díaz ya se cuidó en salud y puso una cláusula anti-tránsfugas en el pacto que tenía con los morados. En esencia: que quien se vaya al Grupo Mixto pierde su parte del pastel. Y es en esto en lo que se basa para mantener atado a Podemos: no cree que se vayan a inmolar.
Yolanda Díaz: enemigo en común de Podemos y ERC
Y en esas, en fin, están los morados, organizando alianzas y lubricándolas con la “izquierda plurinacional”. Porque, desde hace un tiempo ya, hay todo un idilio de guiños y cumplidos entre Podemos y ERC. Recordemos que durante la campaña, cuando Montero pedía el voto para Sumar con la boca pequeña, los de ERC la invitaron a un acto en Barcelona con Tània Verge.
Porque si alguien se lleva igual de mal o peor con Yolanda Díaz, ese es Gabriel Rufián. El portavoz de ERC llegó a decir, por ejemplo, que le preocupaba más Díaz que Abascal: ‘me preocupa más la actitud del progresismo español que del fascismo español’. De fondo también está que ERC pesca en el mismo caladero que los Comunes, que se dejaron abducir por la nave nodriza de Sumar.
El problema es que, por lo que parece, Podemos necesita más a Esquerra de lo que Esquerra necesita a Podemos. Pablo Iglesias, muñidor en la sombra de este chotis parlamentario, intentó montar un frente amplio con ERC para las europeas. Y Rufián parece que también lo dejó caer cuando en el debate de investidura dijo ‘Yo os aplaudo y ojalá podamos sumar juntos o juntas’.
Pero al poco tiempo, el propio Rufián aclaró que no se refería a una alianza electoral con Podemos. Las europeas son circunscripción estatal y, a excepción de sus propios convencidos, nadie va a votar a Montero en Cataluña o a Rufián en el resto de España. De ahí que, en ciertos puntos, la alianza sea una palmadita en la espalda y que mucho ánimo.
En definitiva, que la izquierda catalana es la única que le sigue bailando el agua a Podemos. Algo que el independentismo le ha reprochado en más de una ocasión a los de Rufián. Los de ERC, dicen, parecen más preocupados en aplicar medidas progresistas en España que en avanzar hacia la independencia.
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