ERC muestra su hoja de ruta hacia la autodeterminación

Los partidos procesistas con representación en el Congreso siguen calibrando su estrategia para las negociaciones con el PSOE. La amnistía y el referéndum han sido desde el inicio las dos condiciones para investir a Pedro Sánchez. Pero ERC afirma ahora que el camino más seguro hacia la autodeterminación es la amnistía y no el referéndum.

Según el número uno de ERC en el Senado, Joan Queralt, no se puede abrir el melón del referéndum hasta que no se haya conseguido la amnistía. En una entrevista en El Nacional, el senador ha afirmado que “puede parecer más lento” pero “lleva finalmente a nuestro objetivo, la autodeterminación”.

La dirección de ERC lleva días insistiendo en la amnistía como eje de las negociaciones con el PSOE. “La carpeta de la autodeterminación y el referéndum no se puede empezar hasta que se haya cerrado la de la amnistía”, dice Queralt. Según él, “no puede ir a un diálogo político con gente inhabilitada, condenada, en el exilio o con el patrimonio en peligro por el Tribunal de Cuentas”.

Primero la amnistía

Las palabras de Joan Queralt marcan claramente la hoja de ruta de Esquerra hacia la autodeterminación. Su estrategia consiste en arrancar una ley de amnistía al PSOE como paso previo a la negociación del referéndum. El senador se ha mostrado convencido de que los socialistas acabarán aprobando la ley de amnistía.

De hecho, Queralt ha elogiado a Pedro Sánchez, de quien ha dicho que “se le pueden decir muchas cosas pero no cobarde ni tímido”. Para él, la amnistía “canalizará el conflicto en la política” para avanzar hacia la autodeterminación.

También ha apostado por hallar espacios de coordinación con Junts, es decir, fraguar el famoso frente independentista. “Si todos los grupos quieren lo mismo, las estrategias pueden tener tiempo diferentes, pero no pueden ser opuestas”, ha afirmado. El problema es que Junts se desmarca de la estrategia de Esquerra.

Esquerra navega en la ambigüedad

Otros líderes republicanos marcan músculo y dejan claro que no se moverán ni un milímetro del objetivo de la independencia. Como Pere Aragonès, que ha afirmado que “la amnistía y el referéndum son el camino para resolver el conflicto político en Cataluña”. O Laura Vilagrà, que ha hablado de “objetivos ambiciosos”.

Pero Vilagrà también ha reiterado que la amnistía es la línea roja de las negociaciones. Y fue la propia secretaria general del partido, Marta Rovira, quien llegó a decir que la amnistía podría ser incluso suficiente. Esquerra se mueve así entre la moderación obligada por el tacticismo, y la radicalidad a la que se ven arrastrados por Junts.

Tampoco el partido de Puigdemont parece obsesionado con el referéndum. Los primeros acuerdos con el PSOE en el Congreso han mostrado ya la inclinación de los juntaires a aceptar sensibles rebajas a sus pretensiones iniciales. Lo cual ha desatado la indignación en los sectores más radicales del independentismo.

División en el independentismo

La estrategia de los partidos procesistas ha incrementado la hostilidad del independentismo radical. Mientras las cúpulas negocian en Madrid, en Cataluña el movimiento se organiza para volver a las calles. Crece el abstencionismo indepe como castigo a los procesistas, y nuevas formaciones ganan terreno a los viejos partidos.

Es el caso de Aliança Catalana y el Front Nacional de Catalunya (FNC), dos partidos que llevan en su programa la independencia unilateral y medidas contra la inmigración. El movimiento está más dividido que nunca sobre los caminos para llegar a la autodeterminación.