ERC en crisis, Junts a la deriva y la CUP intrascendente: el procesismo, sin rumbo
De gobernar Cataluña en los últimos años a ver como han perdido votantes, poder y sueldos públicos
Era cuestión de tiempo. La crisis electoral que viven los partidos procesistas ha evolucionado en una crisis de proyecto. ERC, Junts y la CUP van sin rumbo intentando encontrar su sitio en el nuevo panorama político catalán.
Los que llevan gobernando (ya sea desde la administración o facilitando su voto para que así sea) Cataluña en los últimos más de 10 años, se han topado con la cruda realidad. Han perdido votos y, consecuentemente, poder y sueldos públicos. Y ahora, en un intento de remontar una popularidad que tuvieron y que ahora se ha evaporado, tanto Junts, como ERC, como la CUP buscan recuperar posiciones. De hecho, las tres formaciones se encuentran en un proceso de reestructuración interna.
ERC, una crisis con varios frentes
Han formado parte del Govern de la Generalitat en prácticamente la última década. ERC es uno de los máximos responsables del declive evidente de Cataluña. Un declive que se evidencia en materias como la educación (informe PISA), la seguridad (delincuencia disparada) o la economía (1 de cada 4 catalanes en riesgo de pobreza).
ERC es el partido que más ha notado la falta de apoyo en las últimas citas electorales. La desconfianza entre el electoral indepe hacia los republicanos se explica, seguramente, con el hecho de pasar de decir "dadme 68 diputados y proclamaré la independencia" a acabar facilitando el Govern de Salvador Illa.
En la calle Calabria parece (o eso intentan) que han tomado nota. Dimitió Pere Aragonès y lo hará en los próximos meses Marta Rovira. Será en el congreso extraordinario que ha organizado ERC de cara al noviembre que tiene que servir, según la cúpula del partido, para enderezar un partido en plena decadencia.
Porque más allá de perder votantes a cada cita electoral, ERC se encuentra en una crisis más profunda. El hecho de que se destapara la existencia de una estructura paralela que se dedicaba a difamar rivales políticos y compañeros de partido como Ernest Maragall ha provocado un evidente destrozo en la formación. Investir a Illa, tejer una estrategia que ha acabado siendo nefasta electoralmente, la polémica sobre las campañas difamatorias internas y la gestión que ha hecho la cúpula de todo ello ha sumido a Esquerra en una grave crisis interna que ya veremos si consigue superar.
Junts, sin rumbo
La situación no es demasiado mejor en Junts. La debacle electoral todavía no es tan grave como la de ERC, sobre todo por el efecto Puigdemont. El 12 de mayo perdieron las elecciones a pesar de usar la figura de su líder como revulsivo. Algo que hace pensar que, cuando él caiga, caerá el partido.
El adiós de Puigdemont no parece cerca. Muchas voces en Junts le reclaman que asuma la presidencia del partido en el congreso que realizarán en octubre. Sin una estrategia clara (en Madrid parecen apostar por el pragmatismo mientras en Cataluña siguen con los mantras 'octubristas'), el plan es agruparse alrededor de Puigdemont y poco más. Pero este plan tiene una laguna importante.
Carles Puigdemont seguramente acabará de presidente del partido, pero sus días en la política institucional probablemente estén contados. Él mismo dijo que, si no conseguía ser investido presidente, dejaría la política activa. Puede que no cumpla con su palabra, tampoco sería la primera vez que lo haga, pero sería extraño que alguien que se viste de "president legítim" (sic) se vista ahora de jefe de la oposición en Cataluña. Y más, estando fugado en Waterloo.
La CUP, irrelevante y buscando su sitio
Finalmente está la CUP. Hace un año se quedó sin representación en el Congreso y perdió mucha presencia en los ayuntamientos catalanes. Su decadencia la confirmaron los resultados del 12 de mayo, que casi dejan a los anticapitalistas fuera del Parlament de Catalunya.
Tras una década condicionando gobiernos y políticas en Cataluña, los cupaires ahora son irrelevantes. Y, su caída a los infiernos ha provocado que la formación iniciara, ya hace un año, un "proceso de refundación". En septiembre, teóricamente, harán públicas las conclusiones a las que han llegado tras más de un año de debates y asambleas. Porque otra cosa quizás no, pero en lo de ser asamblearios y teorizar mucho, son unos expertos (aunque les haya servido de más bien poco).
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