ERC se agarra al clavo ardiendo del PSC mientras arrecia su crisis interna

Desde su reelección como presidente de ERC, Oriol Junqueras ha intentado transmitir una imagen de exigencia e intransigencia con el Govern de Salvador Illa. Pero el acercamiento desesperado de los republicanos a los socialistas para capear su crisis interna desactiva el relato oficial de ERC. La sensación que se ha instalado nuevamente es la de una sumisión absoluta.

Este lunes, el Govern y ERC han llegado a un nuevo acuerdo para aprobar un segundo suplemento de crédito de 1.300 millones de euros. Se trata de una inyección clave para la estabilidad del ejecutivo, que está gobernando sin presupuestos precisamente por culpa de Esquerra. Lo cual sigue restando credibilidad al partido de Oriol Junqueras.

El acuerdo llega horas después de que los críticos con la dirección de ERC se impusieran en las primarias de Barcelona. Esta victoria reabre la crisis interna y arruina el plan de Junqueras de pacificar el partido controlando las delegaciones territoriales.

En plena crisis interna y con el Parlament fragmentado entre izquierdas y derechas, en ERC se ha instalado la convicción de que lo que toca ahora es apuntalar al gobierno socialista. Para ello están dispuestos a sacrificar el relato e inmolarse ante unas bases independentistas rebotadas desde hace tiempo. ERC ha decidido agarrarse al clavo ardiendo del PSC a la espera de tiempos mejores.

Colocación de altos cargos

Lo contábamos en E-Notícies. La pérdida del Govern supuso un batacazo importante para los republicanos, que ahora están intentando recolocar a altos cargos en las instituciones gobernadas por el PSC. Es aquella famosa frase atribuida a Andreotti, que dice que el poder desgasta pero la oposición aún más.

Aunque esto sacrifica el relato de cara a la parroquia independentista, el acercamiento al PSC es de hecho congruente con la estrategia junquerista. Junqueras apuesta por congelar el Procés y ensanchar la base social del movimiento con vistas a un futuro referéndum. Esto implica acercarse al espacio de la izquierda no estrictamente independentista. 

La dirección republicana tenía muy difícil justificar la investidura de Salvador Illa y el sostenimiento de su gobierno. Pero la entrada de la CUP en el frente progresista ensamblado por el PSC, ERC y Comuns ha cambiado las cosas. Ahora ERC puede defender la necesidad de sostener a Illa para avanzar en la agenda social y cerrar el paso a las derechas.

Dos movimientos que se entienden mejor juntos

Oriol Junqueras recuperó la presidencia de ERC con un margen muy ajustado, que dejó al descubierto la profunda fractura del partido. Tras conquistar las ponencias de la segunda fase congresual, en marzo, Junqueras se lanzó a la conquista de las territoriales. Pero es justamente ahí donde ha pinchado en hueso.

Este sábado, contra todo pronóstico, el sector crítico se impuso a la candidata oficialista en las primarias de Barcelona. Se trata de un duro revés para Junqueras, que pierde una estructura clave para la estrategia de ERC a nivel nacional. La nueva presidenta de la federación barcelonesa, Creu Camacho, ya anunciado que cumplirá su promesa de consultar a las bases la entrada en el gobierno de Jaume Collboni.

Con los cimientos de la ‘nueva’ ERC tambaleándose, Junqueras ha decidido aprovechar el contexto favorable en el Parlament para entregarse definitivamente a Illa. Una vez aprobado el suplemento de crédito, ERC intenta ahora volver a marcar el relato. 

De momento han anunciado la creación de un grupo de trabajo para decidir dónde se se destinan los recursos. La intención es volver a hacer creer que es ERC quien marca el paso y no el PSC. Pero cada vez les resulta más difícil justificar su sumisión.