ERC calienta motores para organizar un nuevo referéndum
Los republicanos, con la ayuda de la CUP, siguen con su estrategia de alargar el ‘procés’
Tras conseguir sacarle a Pedro Sánchez la amnistía, una quita de 15 000 millones de euros de la deuda que tiene Cataluña con el Estado y un “traspaso integral” de Rodalies -que al final resultó no ser ni traspaso, ni integral-, ERC vuelve a la carga con el referéndum. Como si fuera el día de la marmota, los republicanos apuestan ahora por “impulsar una proposición de ley del referéndum” en el Parlament. Avisamos al lector de que se trata de una noticia actual de 2023, aunque pueda parecer de 2016.
Este jueves, la cámara catalana votará una propuesta de la CUP para poner en marcha de forma inmediata la elaboración de esta ley, que tendría como objetivo la celebración de un referéndum “antes de acabar la actual legislatura” catalana en 2025. ERC y Junts ya han presentado enmiendas.
Los de Puigdemont defienden que solamente una votación acordada con el Estado y validada internacionalmente podrá sustituir “el mandato del 1-O”. Los republicanos, en cambio, apuestan por ampliar el plazo hasta 2027, ya que confían en sacar este compromiso a Pedro Sánchez a lo largo de la actual legislatura española.
De este modo, ERC sigue con su estrategia de alargar el ‘procés’. Agitar la bandera de un referéndum les permite, por un lado, amenazar a Pedro Sánchez en futuras negociaciones -por ejemplo, en las de los presupuestos-. Por otro lado, justificar ante sus bases que apuntalar el gobierno de Pedro Sánchez tiene un motivo de fondo. Y así hasta, mínimo, 2027.
Ya en 2017, el Tribunal Constitucional declaró que la ley del referéndum que el Parlament aprobó los famosos 6 y 7 de septiembre era inconstitucional. Lo hizo por unanimidad porque, según la sentencia, invadía competencias estatales y vulneraba la Constitución, la unidad de España y la soberanía nacional. Y esta nueva ley que quieren impulsar ahora no tiene pinta de que vaya a tener un desenlace distinto.
En cualquier caso, sí que les permitiría a los partidos procesistas seguir entreteniendo a los suyos unos años más, mientras intentan sacar el máximo de contrapartidas posibles a un Pedro Sánchez que necesitará sus votos a lo largo de la legislatura. Al fin y al cabo, de eso se trataba el referéndum del 1 de octubre, tal y como expusieron en el juicio algunos de los principales protagonistas. Ocho años más tarde, el ‘procés’ sigue bien vivo a pesar de que las formaciones políticas que lo impulsan no paran de perder votos a cada cita electoral que pasa.
Ahora, la aprobación de la propuesta de la CUP dependerá de la capacidad de incorporar las respectivas enmiendas de los otros dos partidos procesistas. En caso contrario, quedará en evidencia una vez más la división que hay en el independentismo institucional, con los tres partidos siguiendo estrategias distintas tras el fiasco del 2017.
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