Carles Puigdemont tocándose las gafas en un gesto de reflexión
POLÍTICA

El entorno de Puigdemont ya rebaja sus exigencias para pactar con el PSOE

En Junts ya empiezan a comerse sus palabras para poder hacer presidente a Pedro Sánchez

El pasado 5 de septiembre, Carles Puigdemont comparecía ante los medios de comunicación en Bruselas. El líder de Junts quiso exponer su posición respecto a las negociaciones para la investidura que se abrían tras los resultados del 23J. Sabiendo que tanto PP como sobre todo PSOE necesitaban sus votos para formar un Gobierno, el expresident salió en la sala de prensa con el ego desmesurado del que se cree que tiene la sartén por el mango.

El que fuera máximo responsable de la Generalitat en el año 2017, impuso varias “condiciones previas” que se tenían que dar para empezar a negociar. Básicamente fueron tres: reconocer la nación catalana y la “legitimidad democrática del independentismo”; una ley de amnistía; y la designación de un mediador para que valide el cumplimiento de los acuerdos alcanzados.

El entorno de Puigdemont repitió hasta la saciedad el concepto “condiciones previas para empezar a negociar”. Lo hicieron, por ejemplo, Salvador Cardús o los actuales diputados en el Parlament por Junts, Salvador Vergés y Antonio Castellà. Todo, con el objetivo de hacer ver que el partido de Laura Borràs no se había rendido al pactismo que tanto habían criticado de ERC.

Con el paso de las semanas, estas “condiciones previas para negociar” se han ido diluyendo. De la “legitimidad democrática del independentismo” poco se habla. Más que nada porque se trata de un concepto muy abstracto como para concretarlo con alguna medida.

Del mediador tampoco se habla demasiado. Surgió la figura de José Luis Rodríguez Zapatero, pero poco a poco ha sido un tema del que se ha dejado de discutir públicamente. Así pues, de las tres “condiciones previas para negociar”, solamente queda la amnistía.

Imagen del encuentro en Bruselas de Jaume Asens, Carles Puigdemont, Yolanda Díaz y Toni Comín todos muy sonrientes

Todo apunta a que, sea con este nombre o con otro, habrá amnistía. Este martes Sumar presentará su propuesta al respecto e incluso Pedro Sánchez ya la nombra, aunque sea de forma tímida. El líder socialista está dispuesto a conceder este perdón a Puigdemont y compañía a cambio de poder seguir en la Moncloa cuatro años más. Y solo el carácter de Junts -el partido más imprevisible del arco parlamentario- puede hacer estallar por los aires el acuerdo.

Amnistía a cambio de la investidura

Este lunes, el mismo Antoni Castellà que hace un mes remarcaba eso de las “condiciones previas para empezar a negociar”, habló para ElNacional. En dicha entrevista, el diputado de Junts y también portavoz del Consell de la República, afirmaba que “o amnistía y reconocimiento de la soberanía de Cataluña o elecciones”.

De este modo, lo que antes eran “condiciones previas para negociar”, ya se han convertido en condiciones para investir a Pedro Sánchez. En Junts saben que también se juegan mucho como partido en estas negociaciones. Sin ir más lejos, los dos millones de euros que ganarán gracias al grupo parlamentario propio en el Congreso, que han podido formar gracias al PSOE. Pueden tensar la cuerda, pero hasta cierto punto.

Y, aunque todo puede pasar -y aún más tratándose de Junts-, las declaraciones de sus dirigentes ya dejan entrever que Puigdemont va rebajando poco a poco sus pretensiones y exigencias. Las dos partes tienen voluntad de entenderse y, a pesar de que los dos podrían verse beneficiados en caso de repetición electoral, este escenario es demasiado arriesgado tanto para PSOE como para Puigdemont. Un Puigdemont que, tras 6 años en Bélgica, ahora tiene más cerca que nunca la posibilidad de volver a Cataluña y encontrar una solución personal a su situación.

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