Montaje de Puigdemont y Salvador Illa con el proyecto de Hard Rock de fondo
POLÍTICA

El entorno de Junts ya prepara el terreno para un tripartito con PSC y ERC

¿Puede el triunfo de Marine Le Pen en Francia provocar un huracán en la política catalana?

La metáfora del ‘Efecto mariposa’ dice que una pequeña mariposa batiendo sus alas en un lugar del planeta acaba desencadenando un huracán en el otro hemisferio. En esta ocasión no hace falta ir tan lejos, solamente a Francia. ¿Puede el triunfo de Marine Le Pen en Francia provocar un huracán en la política catalana? Pues sí, puede ser.

¿Hay posibilidades de que el PSC, Junts y ERC pacten un tripartito en Cataluña? Hace unos días, esto parecía algo imposible. Pero la arrolladora victoria de la Agrupación Nacional de Le Pen en la primera vuelta de las legislativas francesas podría provocar que ya no sea tan imposible.

Plano medio de Marine Le Pen con las manos en la boca lanzando besos a los asistentes de un mitin

De hecho, esta ha sido la petición de David González, director adjunto de ElNacional, el digital más afín a Carles Puigdemont dentro del panorama mediático catalán. Y lo hacía con la excusa de los resultados electorales en Francia del pasado domingo. “El espejo roto francés podría servir de acicate para poner de acuerdo a las tres fuerzas centrales de la política catalana”, afirmaba. Es decir, pedía al PSC, Junts y ERC formar “un gran tripartito de país” como una fórmula a explorar. Pero hay más.

El digital afín a Puigdemont, advertía que “el auge del lepenismo[...]puede actuar como legitimador del populismo xenófobo aquí, ya sea el de barretina o el de rojigualda”, en clara referencia a Aliança Catalana y a Vox. Dos formaciones que, señala, “crecerán” o “se consolidarán” en el caso de que haya repetición electoral en Cataluña.

Plano medio de Sílvia Orriols votando en el Parlament de Catalunya con la barretina de su abuelo en su mano izquierda

La propuesta lanzada desde ElNacional implicaría que “una presidencia compartida” entre el PSC y Junts y “una vicepresidencia política o consejería de primera para los republicanos a lo largo de todo el mandato”. Queda claro, pues, que a de pesar que desde la bancada juntaire afirman no tener miedo a una repetición electoral, su diario más afín apunta al verdadero miedo del partido de Carles Puigdemont: el auge de Sílvia Orriols y Aliança Catalana en el caso de que volvamos a las urnas el próximo octubre.

Todas las encuestas publicadas hasta ahora evidencian que el partido de Sílvia Orriols podría aumentar su representación en el Parlament, que actualmente es de dos diputados. De hecho, se quedaron a pocos miles de votos de obtener también escaños en Barcelona (3) e incluso en Tarragona (1) y otro en Gerona. Sin embargo, ¿la propuesta lanzada por el medio afín a Junts sirve solo para intentar evitar la repetición electoral?

¿Preparar el terreno para el futuro?

Parece difícil que ahora mismo estas tres formaciones se pongan de acuerdo en menos de dos meses para alcanzar este acuerdo. A pesar, claro, de que los tres son actualmente socios en el Frankenstein 2.0 que tiene montado Pedro Sánchez en el Congreso.

A la hora de construir un relato para que Junts y ERC vendan a los suyos este pacto, sería extraño utilizar el miedo al auge de lo que ellos llaman “extrema derecha” teniendo en cuenta que Aliança Catalana tiene tan solo dos diputados. Pero ojo, ¿y si se trata simplemente de preparar el terreno para el futuro?

Plano medio de Salvador Illa en un atril con cara de enfadado y triste

Si hay repetición electoral, todo apunta a que la gobernabilidad en Cataluña será todavía más complicada de lo que es actualmente. Porque una ERC en descenso (igual que los Comuns) impediría un tripartito progresista. Y la caída de los republicanos tampoco permitiría a Junts ganar las elecciones ni formar una mayoría procesista. Pero aquí puede entrar en juego la presión del entorno de Junts para formar una lista conjunta entre Esquerra y el partido de Carles Puigdemont.

Esta reedición del Junts pel Sí 2.0 podría ganar las elecciones por delante del PSC, pero necesitaría pactar con los socialistas para gobernar, ya que difícilmente habría otra fórmula posible para desencallar el bloqueo. Este escenario, con una Aliança Catalana multiplicando su representación en el Parlament, podría facilitar el hecho de convencer a Salvador Illa con la excusa de frenar a eso que llaman “extrema derecha”. Y, quedando segundo, Illa tendría menos margen para la negociación que ahora.

Sea como sea, es evidente que algo se mueve en el entorno de Junts: ya sea para evitar la repetición electoral, para presionar a ERC para la lista conjunta si volvemos a las urnas, como para intentar convencer al PSC de pactar con los procesistas.

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