Primer plano de Pedro Sánchez con cara de preocupación y primer plano medio de Carles Puigdemont riendo. De fondo, una foto de la Mesa del Congreso de los Diputados
POLÍTICA

Junts vuelve a la casilla de salida con la amnistía viendo la debilidad de Sánchez

Junts vuelve a descolgarse de un acuerdo en el último instante

Los primeros compases de la legislatura han dejado dos cosas claras: que la ley de amnistía es lo verdaderamente importante, y que será muy difícil entenderse con Junts. Puigdemont sabe que tiene la sartén por el mango y está dispuesto a utilizarlo. Así ha quedado de manifiesto en las enmiendas a la ley de amnistía.

Los partidos independentistas forzaron una revisión del redactado para asegurar el cumplimiento de la ley de amnistía aunque haya un recurso judicial. El PSOE hizo un esfuerzo especial para blindar a Puigdemont de un eventual arresto ordenado por el Tribunal Supremo. Por eso aclaró en la ley que esta se aplicará en el momento de su aprobación, aunque el Supremo recurra a la justicia europea.

Ni siquiera eso valió a Junts, que a última hora se descolgó de las enmiendas conjuntas y presentó las suyas propias. Puigdemont aprovecha la debilidad del Gobierno de Pedro Sánchez para volver a la casilla de salida con la amnistía. Y de paso vuelve a hacer una demostración de fuerza ante el electorado independentista.

El PSOE vuelve a rendirse a los caprichos de ERC y Junts

El redactado inicial de la ley de amnistía ya dejaba claro que, una vez aprobada, quedarían sin efecto las órdenes de busca y captura, las órdenes de prisión, y las órdenes europeas e internacionales de entrega. La nueva enmienda presentada por el PSOE y sus socios (excepto Junts) añade algo. Y es que estas órdenes seguirán sin efecto aunque los jueces españoles presenten recursos a la justicia europea o al TC.

Montaje con un plano medio de Carles Puigdemont hablando desde la tribuna del Parlamento Europeo y otro de Pedro Sánchez haciendo lo mismo

La enmienda aclara que la justicia dejará sin efecto los autos de prisión y detención, “sin perjuicio de los dispuesto en el artículo 163 de la Constitución y en el artículo 267 del Tratado de Funcionamiento de la UE”. Además incluye otro matiz. Se pondrá fin a la ejecución de las penas, sean “principales o accesorias”.

Esto cubre un mayor espectro de los encausados, y en especial a los cabecillas del procés como Carles Puigdemont, Marta Rovira, Oriol Junqueras y Jordi Turull. La ley de amnistía, con las nuevas enmiendas, blinda así a los líderes del procés. El PSOE satisface así el principal deseo de ERC y Junts, que es que sus líderes inhabilitados puedan presentarse a las elecciones y ostentar cargos públicos.

Frankenstein 2.0 lo tiene difícil con Junts

La posición de fuerza de Junts per Catalunya y la escisión en Sumar-Podemos han mostrado a Pedro Sánchez que esta vez gobernar será mucho más difícil. Mucho más, incluso, de lo que ya preveía el PSOE antes de la investidura. Cunde la sensación de que el PSOE no tiene apenas poder, y está a merced de sus socios de conveniencia.

Las enmiendas a la ley de amnistía son el mejor reflejo de ello. Pese a todos los esfuerzos del PSOE por rebajarse a las caprichosas exigencias de Junts, estos han acabado presentando sus propias enmiendas. Y esto, más allá de la anécdota, da a los de Puigdemont un poder enorme que pueden utilizar en cualquier momento.

Por ahora hay tranquilidad en Ferraz, ya que Junts no se arriesgará a echarlo todo por la borda al menos hasta que se haya conseguido la amnistía. Pero más adelante, pueden volver los fantasmas de una eventual moción de censura en la que Junts vote con el PP. Hasta entonces, exprimirán al PSOE todo lo que puedan.

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