Montaje con dos primeros planos de Salvador Illa a la izquierda y Pere Aragonès a la derecha, mirándose uno a otro
POLÍTICA

Cataluña, la última bala de la izquierda

ERC, PSC y los Comunes sueñan con un posible tripartito para aferrarse al poco poder territorial que les queda


Las elecciones gallegas han evidenciado el retroceso de la izquierda, que se ha quedado prácticamente sin poder territorial. Hay un dato significativo, y es que al PSOE ya sólo le quedan tres de las siete autonomías en las que gobernaba cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. Pero es que además, con Feijóo el PP ha ganado 2,5 millones de votos y manda en doce comunidades. 

Las cosas también van mal en Sumar, cuyo batacazo en Galicia pone en cuestión incluso la supervivencia del proyecto de Yolanda Díaz. Pero aún lo tiene Podemos, en la irrelevancia más absoluta y a punto de desaparecer. Solo el BNG ha conseguido mantener en pie a la izquierda, que ahora queda muy tocada.

Por delante quedan las elecciones vascas y las europeas, aunque PSC y Sumar miran con especial atención a las catalanas. Pese al temor de sufrir otro revés como en Galicia, hasta ahora las encuestas son halagüeñas. Los socios de coalición podrían formar un gobierno tripartito con ERC para aferrarse a lo poco que les queda.

Intercambio de cromos

El otro factor de la ecuación es ERC. Según los sondeos los partidos independentistas no sumarían, así que los republicanos empiezan a explorar la vía del tripartito progresista para sobrevivir en el poder. Se va consolidando así la estrategia de PSC, Sumar y ERC de resistir unidos en Madrid y en Cataluña.

El entendimiento entre PSC y ERC en el ayuntamiento de Barcelona, con el apoyo directo o indirecto de BComú, es la antesala del posible futuro Govern de la Generalitat. Lo cual va ligado al intercambio de cromos de los presupuestos. ERC y Comuns le aprobarán las cuentas a Collboni para que Illa salve los presupuestos de Aragonès, y Junqueras le eche una mano a Pedro Sánchez en Madrid.

Para ERC parece más sencillo que para Pedro Sánchez, que tendrá que hacer equilibrios para mantener intacta la alianza con Junts. Hasta ahora, ERC miraba con recelo los mimos de Pedro Sánchez hacia el partido de Puigdemont. Después de las elecciones catalanas, ERC podría recuperar el papel de socio preferente y habría que ver cómo afecta eso a las relaciones entre la Moncloa y Waterloo.

Salvador Illa, de aliado a víctima

Sufrir un batacazo en las elecciones catalanes o fracasar en la formación de gobierno sería un desastre con mayúsculas para el PSC. Pedro Sánchez dio la espalda a los barones en vísperas del 23-J y cargó sobre sus espaldas toda la responsabilidad del futuro del PSOE. Pese a haber reeditado el Gobierno de coalición, Sánchez se encuentra cada vez más solo y con menos poder territorial.

Salvador Illa es el único aliado firme que le queda en los territorios, y la gran esperanza del sanchismo para resistir a la embestida de la derecha. Illa ya fue el principal activo de la campaña socialista en las generales, y ha defendido la amnistía en el resto de España. El líder de los socialistas catalanes ha demostrado su fidelidad obedeciendo las órdenes de Moncloa de salvar al Gobierno de ERC en Cataluña.

El aliado podría acabar convertido en víctima si finalmente Salvador Illa se la pega en las catalanas por culpa de la amnistía. El socialista podría haber propiciado la caída de Pere Aragonès cuando las encuestas le eran favorables, pero no lo hizo por órdenes de Sánchez. Ahora podría ser demasiado tarde, ya que Illa afrontará las elecciones con el hándicap de la amnistía y con peores pronósticos para el PSC. 

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