La dualidad de ERC: quién ya no tiene cargo hace campaña por el 'no' a Salvador Illa
Algunos votan por rencor a la dirección y otros por su animadversión al PSC
"¿Estás de acuerdo en que Esquerra Republicana vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la Convención Nacional para la resolución del conflicto político y el resto de medidas acordadas?".
Esta es la formulación de la pregunta que mañana tendrán que responder los 8.700 afiliados de ERC, en la consulta para validar o tumbar el preacuerdo con el PSC para la investidura de Salvador Illa.
Entre los partidarios del sí está la cúpula del partido, con Marta Rovira, Raquel Sans y Pere Aragonès al frente. Pero también otros altos cargos y representantes institucionales como Elisenda Alamany, Joan Tardà, Gabriel Rufián, Joan Queralt y Francesc-Marc Álvaro. Oriol Junqueras se ha mostrado más prudente, valorando el acuerdo alcanzado pero entendiendo también la desconfianza de una parte de la militancia.
Los del sí y los del no
¿Qué tienen en común los defensores del ‘sí’ al preacuerdo de investidura? Efectivamente, todos ocupan un cargo orgánico o institucional, y su futuro político y su sueldo depende en buena medida de lo que ocurra mañana. Entre los partidarios de avalar el acuerdo están otros cargos intermedios, como el Director General de Políticas Públicas LGTBI, Xavier Florensa, que cobra 93.000 al año y lleva desde 2007 viviendo de la política
Aunque esto funciona también a la inversa, ya que el sector del 'no' está trufado de exaltos cargos y políticos retirados que actúan en muchos casos por resquemor. Algunos fueron desplazados por la dirección actual y ven en la votación de mañana una oportunidad de pasar cuentas. Otros no actuan por rencor, pero sí se ven más liberados a la hora de votar en contra de la dirección.
Es el caso de Jordi Orobitg, que fue diputado de ERC desde 2015 y quedó fuera del Parlament el pasado 12 de mayo. O del exsocialista Carles Castillo, que también fue diputado en la anterior legislatura pero esta vez quedó fuera.
Mención especial merecen los exaltos cargos de ERC en Tarragona, como el exalcalde de Tarragona Pau Ricomà y el exteniente de alcalde Sergi de los Ríos. Ambos han expresado su intención de votar 'no', aunque en este caso por su especial animadversión ante el PSC. Así lo han explicitado, fijando su atención en el alcalde socialista de Tarragona, ex de Ciudadanos, Rubén Viñuales.
Contra Puigdemont (sí) o contra el PSC (no)
En el caso de Tarragona influye mucho la experiencia local y las dinámicas territoriales de los partidos. Allí donde ERC ha tenido una buena relación con el PSC son más favorables a votar sí. En cambio, allí donde la política local ha estado marcada por la rivalidad entre ERC y PSC tenderán a ejercer un voto antipsc, es decir, a votar no.
Así, a grandes rasgos podemos diferenciar una doble sensibilidad: los que priorizan la rivalidad con Junts y votarán que sí para fastidiar a Carles Puigdemont, y los que priorizan la rivalidad con el PSC del 155 y no quieren bajo ningún concepto hacer presidente a Illa.
Hay razones más de fondo. Los del sí esgrimen argumentos tácticos, entendiendo que es una oportunidad de condicionar el gobierno los próximos cuatro años y que no hacerlo arroja el partido a un escenario demasiado incierto. Los del no están empujados sobre todo por la desconfianza, y la convicción de que Salvador Illa representa el sector más españolista del PSC.
Lo que unos venden como un acuerdo histórico otros lo ven como una traición histórica. La lógica dice que se impondrá el sí. Pero ocurra lo que ocurra, parece que la consulta no hará más que profundizar aún más en la división interna del partido.
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