El doble rasero de TV3 y el procesismo con Donald Trump y Carles Puigdemont

El lento pero firme avance de Donald Trump hacia la Casa Blanca ha puesto nervioso a más de uno. TV3 y los medios procesistas se han convertido estos últimos días en vanguardia de la campaña más furibunda contra el expresidente de los Estados Unidos. Y quien mejor que Antonio Bassas, periodista puente entre dos medios del régimen como TV3 y el Diari Ara, para liderar la ofensiva antitrumpista.

Recientemente le vimos quejándose amargamente de que “un señor que ha enviado a la gente a asaltar el Capitolio se puede volver a presentar y además le pueden votar sesenta o setenta millones de personas”. Una visión avalada por Lídia Heredia, corresponsal de TV3 en Washington, que con un fina ironía decía que “ahora mismo no sabemos si Trump acabará en la Casa Blanca o en la cárcel, o en ambos sitios”. En los medios catalanes no dejan de recordar los procesos judiciales que acechan a Trump.

Sin embargo, hay algo que llama poderosamente la atención, y es el doble rasero con el que estos medios tratan a dos personajes asediados por la justicia como Donald Trump y Carles Puigdemont. Mientras que uno es la viva imagen del fascismo que amenaza al mundo libre, el otro es el líder del mundo libre perseguido por el fascismo. De ahí que TV3 y los medios procesistas, en su misión por salvar al mundo libre, encabecen la ofensiva contra Donald Trump y la acérrima defensa de Carles Puigdemont.

Trump, Ayuso y la 'ultraderecha de manual'

La fiscalía acusa a Donald Trump de cuatro delitos, entre los cuales obstrucción a la justicia y violación de derechos civiles. Sin embargo, el expresidente no está formalmente acusado por el asalto al Capitolio. Como le sucede a Puigdemont, el futuro político de Trump está ahora en manos del Tribunal Supremo, que en los próximos meses tiene que pronunciarse sobre su inmunidad.

El procesismo presenta a Donald Trump como una amenaza para el mundo en oposición a Joe Biden, de quien bendicen su mandato pese a marcharse con dos guerras y una crisis económica. Pero sobre todo, TV3 y los medios subvencionados identifican a Trump con el fascismo en un juego de opuestos donde entra también el conflicto catalán. Antoni Bassas identifica a Trump con Ayuso y les llama “la ultraderecha de manual”.

Trump ve en la ofensiva judicial un abuso de los instrumentos del estado por parte de la élite globalista que representa Joe Biden. Su discurso no se aleja mucho del de Puigdemont, que se ve como víctima del sistema totalitario que utiliza los resortes del Estado en su contra. Lo curioso es que TV3 y los Bassas de turno ven en un caso a un fascista y en el otro a un libertador.

Admiración hacia Carles Puigdemont

Igual que Trump, Carles Puigdemont está acusado de graves delitos por un poder judicial al que acusa de prevaricador. Pero si en el caso de Trump los medios catalanes ven peligroso que pueda presentarse a las elecciones, en el caso de Puigdemont reman para que pueda ser amnistiado y presentarse a las elecciones. El propio Antoni Bassas, antitrumpista de cabecera, ejerce también de admirador mayor de Puigdemont.

El directivo del Ara visitó no hace mucho Bruselas para entrevistar a Puigdemont, a quien presentaba como “president de la Generalitat” aunque dejó de serlo en octubre de 2017. En una entrevista panegírica, le preguntaba cosas como si temía por su vida o si sentía en su cuerpo el peso de la represión. En un artículo reciente, Bassas, hombre de orden, llama a volver a salir a la calle porque "la decisión[del Supremo]contra Puigdemont nos afecta a todos".

También TV3 ha mostrado reiteradamente su doble rasero, aplicando la presunción de inocencia para Carles Puigdemont y la presunción de culpabilidad para Donald Trump. Forma parte del mundo bipolar en el que llevan instalado el procesismo y sus medios, que dividen la realidad entre buenos y malos, entre fascistas y libertadores. Tanto uno como otro se sienten víctimas de la persecución judicial, la única diferencia (difícil de digerir para Bassas y sus acólitos) es que Trump crece en las cuestas mientras que Puigdemont se hunde.