El doble rasero de Junts con el PSOE y el PSC
Los postconvergentes han vuelto al pragmatismo y el tacticismo
Con la apertura de este nuevo ciclo político estamos viendo el Junts per Catalunya más pragmático y tacticista. Un Junts capaz de deshacerse en elogios hacia el PSOE, al que hasta hace poco no podía ni ver. Y al mismo tiempo arremeter sin piedad contra el PSC, con las elecciones catalanas en el horizonte.
Pese a la gesticulación, los de Carles Puigdemont dan claros síntomas de haber aceptado las reglas del juego del PSOE. Guste o no, saben que sus destinos están unidos, es decir, que cuanto mejor le vaya al Gobierno de Pedro Sánchez, mejor les irá a ellos. Esto ha abierto una sorprendente etapa de cordialidad entre Ferraz y Waterloo.
Pero a la vez, el objetivo inmediato de Junts, que es el regreso de Puigdemont a Cataluña para conquistar la Generalitat, choca con el ascenso imparable del PSC de Salvador Illa. El expresident tiene claro que una cosa es la política en Madrid, y otra las intrigas de la política catalana. De ahí el doble rasero con el PSOE y con el PSC.
Elogios hacia el PSOE
Toni Comín, mano derecha de Carles Puigdemont en Waterloo, se refirió estos días al PSOE con un tono sorprendentemente amigable. En una entrevista en Noticias de Navarra, afirmaba que “la montaña de confianza que ha construido Santos Cerdán en tres meses es muy meritoria”. También asegura que tanto Carles Puigdemont como Jordi Turull valoran “muy positivamente” el papel del socialista en las negociaciones.
El propio reconoció en otra entrevista ayer, en El Cafè d’Idees, que están en una nueva posición. Si hasta ahora solo contemplaban la confrontación, ahora se avienen al diálogo. Incluso admitió que en esta nueva etapa, un referéndum acordado sustituiría al mandato del 1-O, es decir, a la vía unilateral.
Esto confirma que en Junts se ha impuesto el sector pragmático, partidario del virage estratégico en Madrid. Saben que tiene unos costes electorales, pero también que garantiza su consolidación institucional en plena crisis de los partidos procesistas. Es decir, sobrevivir para llegar vivos a la batalla decisiva por el Parlament.
Guerra al PSC
Según informa The Objective, Junts ha remitido un documento a sus dirigentes jactándose de la pérdida de peso del PSC en el Gobierno de Pedro Sánchez. Hay que recordar que los independentistas ya vetaron a Meritxell Batet y Miquel Iceta para presidir el Congreso. Ahora celebran que solo hay un ministro del PSC, Jordi Hereu.
Una de las sacrificadas ha sido Raquel Sánchez, exministra de Transportes y diputada del PSC, a la que Junts califica como “culpable del caos en Rodalies”. El otro es Miquel Iceta, a quien aún ven como uno de los artífices del 155 en Cataluña. Contrasta la inquina hacia el PSC, con la relajación con el PSOE.
Salvador Illa lleva tres elecciones ganadas en Cataluña, y la última encuesta del CIS le da aún más ventaja sobre sus rivales. Puigdemont sabe que cuando la amnistía le deje volver, su principal rival ya no será ERC sino el PSC. De ahí que Junts necesite mantener viva su histórica animadversión hacia los socialistas.
¿Y la sociovergencia?
Al mismo tiempo, paradójicamente, el acuerdo PSOE-Junts ha abierto la puerta a una reedición de la sociovergencia. En las próximas elecciones catalanas, el entendimiento con el PSC puede ser la única alternativa de Junts de evitar un tripartito PSC-ERC-Comuns. Y además, Trias podría acabar siendo alcalde en el gobierno socialista de Barcelona.
Esta triple carambola (Congreso, Parlament, ayuntamiento de Barcelona) permitiría a Junts recuperar el poder territorial perdido. No hay que olvidar que en octubre de 2022 salieron del Govern, y el 28-M se quedaron sin poder municipal y provincial. En plena crisis del procesismo, Junts se agarra al salvavidas del PSOE... ¿y el PSC?
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