El discurso de Anna Grau que irrita a los procesistas

Durante la sesión parlamentaria del pasado miércoles, la CUP y Junts per Catalunya, junto a Plataforma per la Llengua, han pedido fomentar el uso del catalán en los colegios y esplais. 

Según afirman desde Plataforma per la Llengua, solo una de cada dos conversaciones en los campamentos de Cataluña se hace en catalán. Por eso, la CUP y Junts, piden al Departament de Ensenyament que los profesores evalúen si en los patios de los colegios de habla o no el catalán. 

Esta petición ha desatado la polémica en el Parlament de Cataluña. La diputada de Ciutadans, Anna Grau, ha estallado ante este gesto. La diputada ha acusado a los partidos independentistas, de espionaje lingüístico en las aulas, sin el permiso de padres y profesores. 

Además, la diputada también ha querido recordar que Cataluña es una comunidad autónoma bilingüe y que, eso, la hace mucho más rica a nivel cultural. “Uno tiene derecho a ser atendido en cualquier lengua oficial por la administración, pero oiga, en los negocios privados, que la gente haga lo que quiera”, apuntaba Grau.

Anna Grau ha recordado que desde Ciutadans van a pedir una modificación de la Ley de Modificación Lingüística. Además, la diputada ha hecho especial hincapié en la importancia de reconocer que tanto catalán como castellano, han de ser reconocidas como lenguas oficiales de Cataluña. “Que nunca más se tengan que imponer la una contra la otra”, aclaraba la diputada. 

La diputada de Ciutadans también ha querido hacer referencia al informe PISA y a la bajada del rendimiento escolar. “Este año ha de salir la próxima macroencuesta de usos lingüísticos y eso será una ‘castaña’ más bestia que el informe PISA”, predecía Anna Grau. Y es que para ella, los culpables de que el uso de la lengua catalana esté disminuyendo es culpa de Junts per Catalunya y la CUP y de sus imposiciones lingüísticas. 

“Quien no defiende la libertad de lenguas, no defiende Cataluña. Hagan el favor de poner cordura y prudencia, y si puede, un poco de amor por la lengua catalana que no sea tóxico”, concluía Anna Grau.