Un grupo de personas de pie en un escenario con un fondo amarillo y un podio en el centro.
POLÍTICA

El detalle en el anuncio del acuerdo con el PSC que destacan los haters de ERC

Para muchos, ERC acaba de firmar su irrelevancia política: ‘saben que están condenados’

En esta época a nadie se le escapa ningún detalle. Menos aún si se trata de tus adversarios políticos. Y si alguien tiene adversarios en Cataluña, ese es ERC, que ahora está de protagonista en los medios por haber alcanzado un acuerdo de gobierno con el PSC para hacer presidente a Salvador Illa.

Para muchos, sin embargo, este protagonismo de ERC es de prestado. Más todavía: es un protagonismo envenenado en el que los republicanos han caído como en una trampa.

Los ‘haters’ de ERC dicen que el partido puede haber ganado algo de tiempo, pero que su sentencia de muerte ya está firmada.

¿Acuerdo histórico?

Los socialistas guardan un prudente silencio y los republicanos ya han puesto en marcha la máquina del relato.

Como ya se ha explicado, ERC necesitaba tanto el acuerdo como venderlo. Esto explica que ya hablen de un logro “histórico” y de que tienen la “llave”. No serían los primeros que dicen haber doblegado al PSOE.

En cualquier caso, lo que es seguro es que hay muchas personas que no se creen esta exposición de fuerza. De hecho, consideran que, en todo caso, es una exposición de debilidad. Y aunque sea una anécdota, se han fijado en algo muy revelador.

Para ser un acuerdo que cambiará la historia de Cataluña, dicen los críticos de ERC, la directiva tenía ayer caras muy largas en la rueda de prensa. La expresión ha sido la misma: más que una rueda de prensa, parecía un entierro:

El próximo paso será comprobar si las bases somatizan esta presunta alegría de la dirección. Si no lo hacen y se repiten las elecciones, ERC será definitivamente un partido sin rumbo ni puente de mando.

Pero más difícil aún puede ser el futuro de ERC a medio y largo plazo.

Desde una posición parlamentaria (y electoral) minoritaria, los republicanos han corrido el riesgo de firmar un acuerdo que exige todavía mucha concreción. Además con un partido que, como el PSOE, tiende a incumplir y que tiene la llave de verdad: el Gobierno central. 

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