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Destapan un experimento médico para hormonar a niños y niñas identificados como trans
La prensa británica señala el Informe Cass como el mayor escándalo médico aparecido en años
El mayor escándalo conocido en décadas, así cataloga la prensa británico el Informe Cass que ha destapado un experimento médico de hormonación de niños y niñas con dudas sobre su sexualidad. Según el informe, el sistema público de salud británico ha estado años administrando tratamientos perjudiciales a niños y niñas sin evidencia científica. El caso ha ocupado las portadas de los periódicos más importantes del país estos días, y ha llegado también hasta España.
La abogada penalista Paula Fraga, especializada en derechos de la infancia, se ha hecho eco del escándalo y ha aportado su visión. “Están medicalizando de por vida a niños sanos y dañando su salud física y mental”, ha explicado. Añade que “de todo esto llevamos años advirtiendo las feministas”, y que “vamos a exigir responsabilidades políticas y el cierre de clínicas privadas y públicas que hayan seguido este modelo”.
Qué es el Informe Cass
El Informe Cass es un informe que ha elaborado la presidenta de la Revisión Independiente de los servicios de identidad de género para la infancia y la juventud, Hillary Cass. En él critica duramente lo que ha venido haciendo el servicio público de sanidad británico durante años. Su conclusión es que la ideología se ha impuesto a la protección de jóvenes angustiados por su crisis de identidad, creando un falso consenso mundial sobre una práctica peligrosa e irreversible como la hormonación.
Twitter de Paula Fraga difundiendo el escándalo | Twitter: @Paulafraga_
La doctora Cass revela la influencia que han tenido lobbies como la Asociación Mundial de Profesionales de la Salud Transgénero en el sistema de salud británico. Estas entidades han conseguido imponer sus enfoques, basados en pruebas insuficientes y con escasa validez científica. Esto ha condicionado la labor de los profesionales de la salud pública, aplicando tratamientos perjudiciales para niños y niñas.
El informe concluye que no hay pruebas que apoyen el uso de bloqueadores de la pubertad y que la administración de hormonas cruzadas a jóvenes entre 16 y 18 años debería ser excepcional. Así mismo, critica la afirmación de género, basada en la asignación de género a niños y niñas “trans” sin saber cómo se sentirán cuando crezcan. Y defiende las prácticas de conversión, basadas en entender el trastorno de género como un proceso sobre el que hay que hacer un seguimiento.
Por qué es importante
Durante mucho tiempo se ha elevado la afirmación de género y la hormonación de niños y niñas como una verdad incontestable, demonizando así las prácticas de conversión. El Informe Cass es el primer informe con autoridad científica de reconocimiento mundial que pone en cuestión las prácticas asumidas por el servicio público de salud sin evidencias científicas. El caso es tan flagrante que incluso la prensa progre española como El País se está haciendo eco de ello.
Lo que demuestra el Informe Cass es que una cosa son los casos de disforia de género y otra la ideología trans. Los casos excepcionales de crisis de identidad deben tratarse con un seguimiento médico tratando los diferentes factores que intervienen en ella. Pero de ninguna forma aplicar tratamientos hormonales y mutilaciones que resultan irreversibles, poniendo en riesgo la salud física y mental de la infancia.
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