
El debate de la energía en el Parlament divide a los partidos catalanes
Izquierdas y derechas se dividen entre la aceleración de las renovables y el llamado mix energético
El Gran Apagón acontecido el lunes en España ha situado el debate energético en el centro de la agenda política catalana. Ocho años después de la aprobación de la ley de cambio climático en Cataluña, las renovables siguen prácticamente donde estaban. Y no ha sido culpa de la malvada derecha, sino de unos gobiernos que reivindican la transición energética con eslóganes pero no invierten en su desarrollo.

El apagón ha vuelto a abrir un debate sobre la necesidad de prorrogar la vida de las nucleares hasta que las energías sostenibles garanticen el abastecimiento. Para la izquierda lo que pasó el lunes demuestra que hace falta más regulación. Para la derecha, evidencia el riesgo de fiarlo todo a las energías renovables.
El debate se ha trasladado a Cataluña, donde el apagón afectó especialmente. Cataluña es la comunidad que menos ha invertido en renovables y el cierre nuclear expone de comunidad a más dependencia y a un encarecimiento de la energía. Los partidos han vuelto a fijar sus posiciones en la Comisión de Transición Ecológica, en el Parlament.
Junts se queda solo
Junts presentó esta semana en la Comisión de Transición Ecológica, en el Parlament, una propuesta de resolución sobre las renovables. La moción instaba a declarar como bien de interés público primordial las instalaciones de energías renovables. El partido se quedó solo porque nadie voto a favor.
“Tras el apagón del lunes tenemos que abrir los ojos”, expuso el diputado de Junts, Ignasi Prat, que criticó la “lentitud” de la transición energética en Cataluña. Por eso reclamó “la soberanía energética a través de las energías renovables”.
Los postconvergentes pusieron encima de la mesa los datos que demuestran el insuficiente desarrollo de las renovables para dejar atrás las fuentes fósiles. Las fotovoltaicas están en un 80% menos de lo previsto, mientras que las eólicas en un 50% menos. El diputado señaló también que gran parte del problema es que la mayoría de proyectos para la creación de estas instalaciones siguen pendientes de aprobación.

Junts acusa a la Generalitat de maltratar a los promotores de estos proyectos, y pide que se les apoye y se aligere la burocracia. “Queremos un país limpio con renovables y sin energías fósiles. Pero eso solo será posible con una administración que lidere y que busque soluciones en lugar de crear más problemas”.
La izquierda sigue en sus trece
El debate suscitado a raíz de la moción evidenció la división entre los partidos en torno a la estratégica energética en Cataluña. Tanto PSC como ERC se mostraron favorables a mantener la agenda verde, e incluso acelerar la transición energética con las renovables. El PSC destacó la voluntad de liderazgo del Govern de Salvador Illa en la transición verde, mientras que ERC pidió obstaculizar aquellos proyectos perjudiciales para el territorio.
Los Comuns mostraron también su voluntad de acelerar la transición energética, pero con matices respecto a la propuesta de Junts. “La declaración de interés público primordial puede ser útil, pero debe ir acompañada de garantías democráticas y sociales”, dijo el diputado Lluís Mijoler. Igual que ERC, los Comuns temen que sea la excusa para legitimar “un modelo especulativo o de concentración empresarial”.
La izquierda catalana quiere “evitar proyectos masivos y mal integrados, asegurar la participación democrática de las comunidades locales y asegurar el retorno social de las inversiones”. Quieren “limitar el peso de grandes promotores privados y se refuerce el liderazgo de la empresa pública”.
La CUP mostró su distancia con Junts en este tema. El diputado Dani Cornellá retrató la contradicción de Junts, que en los territorios se oponen a los macroproyectos pero luego en el Parlament piden su aceleración. “Cuando ustedes hablar de interés público y de soberanía energética, de lo que hablan es de favorecer a las grandes empresas”, les reprochó.
Ante el Gran Apagón, la CUP considera más necesaria que nunca una energética pública que controle todo el proceso desde la producción hasta la distribución. Reclaman una “transición energética” ligada al “cambio climático”. Es decir, que sea “de proximidad, democrática y distribuida, pactada con todo el territorio”.
Contra el 'relato climático globalista'
El contrapunto lo puso Vox, que junto al PP representa la otra parte del debate. La diputada Mónica Lora señaló que el apagón ha mostrado “nuestra vulnerabilidad”, como consecuencia de “una transición energética apresurada e irresponsable”. Para Vox, la propuesta de Junts “no responde a una planificación seria ni a una estrategia nacional de energía”.
Por el contrario, Lora denunció la “sumisión” de esos partidos “al relato climático globalista”. Vox defiende una transición energética “planificada y racional”. Pero vuelve a advertir una vez más que “para conseguir la soberanía energética necesitamos el mix energético”.
Además, Vox puso en cuestión que se hable de sostenibilidad y al mismo tiempo se estén construyendo grandes parques eólicos y solares en terrenos agrícolas. Lora les recriminó que “se olvidan de una energía verde y segura como es la nuclear”.
El PP no entró en el debate aunque se abstuvo en la votación. La posición de los populares en este tema es bien conocida. Recientemente presentaron una moción para prorrogar la vida de las nucleares en la provincia de Tarragona.
El debate deja pues dos posiciones enfrentadas entre una izquierda que pide acelerar la transición energética con una retórica vacía, y una derecha que reivindica una transición ordenada con las nucleares cubriendo la espalda a las renovables.
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