Una mujer con micrófono de diadema sostiene unos papeles amarillos mientras habla, al fondo un hombre con camisa roja y auricular observa atentamente
POLÍTICA

La CUP sigue el camino de ERC y quiere ahora ocultar sus siglas

La candidatura en Barcelona apela a la unidad de movimientos y espacios políticos de izquierdas

La CUP ha dado el pistoletazo de salida hacia las elecciones municipales de 2027 en Barcelona con un evento bajo el lema ‘Obrim Camí’. Una década después de su entrada en el ayuntamiento, el objetivo es volver a tener representación. En las dos últimas elecciones (2019 y 2023) los anticapitalistas han perdido más de 26.000 votos y han quedado lejos del umbral exigido para entrar en el ayuntamiento.

Cubo amarillo con el logotipo negro de la CUP y una estrella en un escenario

Lejos han quedado aquellos tiempos dorados en los que, en pleno auge del Procés, la CUP consiguió 51.945 votos y 3 concejales en la ciudad condal. En las últimas obtuvieron solo 25.341 papeletas. Barcelona ha sido el fiel reflejo de la descomposición del proyecto cupaire, que también quedó fuera del Congreso y vio reducido a la mitad su peso en el Parlament.

Evolución del voto de la CUP en Barcelona (2015-2025)

Año
Votos
Porcentaje
Concejales
Candidato
2023
25 213
3,79%
0
Basha Changue
2019
29 318
3,89%
0
Anna Saliente
2015
51 945
7,42%
3
María José Lecha

Fuente: Ayuntamiento de Barcelona

Conscientes de ello, los cupaires apuestan ahora por impulsar “una nueva herramienta política” que “supere las siglas”. Quieren ser el núcleo aglutinador de organizaciones y movimientos sociales a favor de un modelo de ciudad “alternativo y radical”. En el trasfondo queda la sensación de que, en realidad, quieren ocultar unas siglas que se han convertido en un hándicap.

La CUP sigue el camino de ERC, que sopesó concurrir a las elecciones municipales de 2027 con otra marca. Tras el revuelo formado, finalmente la dirección encabezada por Oriol Junqueras y Elisenda Alamany dieron marcha atrás. 

La CUP en cambio lo tiene más fácil para justificarlo, ya que los anticapitalistas siempre han apelado a la unidad popular. Ahora tratan de ocultar sus siglas apelando a la unidad de los espacios y movimientos de la izquierda. En el actor de ayer emplazaron a "agentes de la izquierda social y política de Barcelona" a unirse en su proyecto.

La CUP, en una situación difícil

Tanto en la CUP como en ERC son conscientes de que ahora mismo sus siglas restan más que suman. La CUP ya estrenó el mes pasado un nuevo logo con la intención de renovar su imagen y relanzar un proyecto a la deriva. Ahora parece que quieren cambiar también su nomenclatura.

La situación de la CUP es verdaderamente desesperada, ya que el Procés de Garbí para refundar el partido no acaba de dar sus frutos. El partido ha perdido el relato en las redes sociales, músculo social en las calles, y apoyo en las encuestas. En Barcelona aún lo tienen más difícil, porque compiten con otro espacio, el colauismo, que rompió su monopolio sobre los movimientos sociales.

De hecho, BComú controla ahora mismo un sector mayoritario de los movimientos sociales centrados sobre todo en la vivienda. En el acto de presentación de la campaña para las municipales, la CUP de Barcelona se ha centrado en los movimientos prookupación. Como Can Batlló y Vallcarca, símbolos okupas y cambo de batalla entre la CUP y los Comuns.

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