Una mujer con gafas y un hombre con chaqueta posan en un salón decorado con cortinas rojas y amarillas
POLÍTICA

Los Comuns, dos caras con el PSC: duros en Barcelona y complacientes en el Parlament

Los ecosocialistas han roto relaciones con Jaume Collboni por el conflicto con los okupas de Vallcarca

El pasado 8 de abril, el Govern de Salvador Illa anunció un acuerdo con ERC, Comuns y la CUP en materia de vivienda. Solo tres meses después, los Comuns han anunciado la ruptura de las relaciones con el PSC en Barcelona precisamente por la vivienda. BComú exige al gobierno de Jaume Collboni que frene los desahucios de tres edificios okupados en el barrio de Vallcarca.

Janet Sanz, de los Comuns, hablando frente a varios micrófonos de diferentes medios de comunicación.

La vivienda es el tema principal de la agenda de los Comuns en esta legislatura. Por eso resulta llamativo que sea precisamente este tema el que ponga en evidencia la desorientación estratégica de la formación. Mientras en el Parlament se muestran condescendientes con el PSC, en Barcelona sacan las uñas.

Esta misma semana hemos asistido a un ejercicio de funambulismo de los Comuns para justificar que sigan dando apoyo al PSC pese a la corrupción del PSOE. Su portavoz David Cid ha dicho que son “implacables” con la corrupción, pero que no romperán con los socialistas para entregar el gobierno a “los fachas”. El propio Illa verbalizó en sede parlamentaria que su gobierno se sostiene gracias a la inquebrantable fidelidad de sus socios, ERC y Comuns.

Las dos caras de los Comuns con el PSC

Tanto en Madrid como en el Parlament, da la sensación que no hay absolutamente nada que pueda romper la alianza de Comuns-Sumar con el PSOE. Pero en cambio, BComú impone su propia estrategia a nivel municipal, que pasa con la rivalidad con los socialistas.

Esto tiene su explicación. La estrategia de los Comuns a nivel catalán responde a las necesidades de Sumar en Madrid. Esto pasa por la alianza progresista contra la extrema derecha y sostener a toda costa el Gobierno de Pedro Sánchez.

Esto debería tener como consecuencia la entrada de los Comuns en el gobierno de Jaume Collboni. Pero el colauismo funciona como una fuerza autónoma en su centro neurálgico, Barcelona. Allí se debe no solo a sus propios intereses, sino también a todo un tejido social y organizativo que creó y alimentó durante sus años en el gobierno.

Un hombre hablando en un podio con un fondo de madera decorativa.

El principal sustento de esta red es el movimiento de la vivienda, que los Comuns controlan de forma hegemónica en la ciudad condal. El Sindicat de Llogateres afín al colauismo, junto con otras organizaciones, lideraron este miércoles la movilización contra un desalojo en Vallcarca. Es precisamente en Vallcarca donde más se evidencia la distancia entre Collboni y la formación liderada por Janet Sanz.

Esta movilización llevó a los Comuns a acelerar su guerra contra el gobierno municipal: “O el gobierno de Jaume Collboni para los desahucios de Vallcarca de forma inmediata, o no negociaremos nada con el gobierno. Ni hablaremos de la modificación de crédito, ni de ordenanzas fiscales, ni de presupuestos”, ha dicho Sanz.

Los Comuns mantienen su estrategia de confontación en Barcelona pese a mostrarse en el Parlament como el socio más fiable del PSC. Esto aumenta las contradicciones de la formación, en plena crisis de credibilidad. 

El poder a costa de todo

Los Comuns están teniendo que transigir con las contradicciones inherentes a gobernar con el PSC. Un PSC que, dirigidos por Illa en la Generalitat y Collboni en el ayuntamiento de Barcelona, tiene un claro sesgo conservador.

Los Comuns se vanaglorian de haber arrastrado al PSC a la izquierda en temas como la vivienda. Pero a cambio han tenido que tragar con la ampliación del aeropuerto, que era una de sus líneas rojas como en su momento lo fue el Hard Rock. En aquella ocasión hicieron caer a Pere Aragonès, pero ahora no se plantean hacerlo con Salvador Illa.

Son las contradicciones de los Comuns, que con las encuestas en la mano han asumido la estrategia de mantenerse al poder a toda costa. De la misma forma que Yolanda Díaz no romperá con Pedro Sánchez por mucha corrupción que salga, tampoco los Comuns romperán con Illa. Se mantendrán fieles a pesar de todas las contradicciones, y dentro de dos años ya se verá.

Otra cosa es Barcelona, ya que los Comuns ven las elecciones municipales de 2027 como claves para relanzar su proyecto. Necesitan marcar perfil izquierdista frente a Collboni y conservar sus vínculos con el movimiento de la vivienda. Esto, y esperar el regreso triunfal de Colau...

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