Una multitud de personas en una manifestación con bengalas y banderas en una calle.
POLÍTICA

La CUP hace el ridículo intentando atacar a Sílvia Orriols en los actos de la Diada

Los 'anticapitalistas' intentan reventar, sin suerte, un acto de Aliança Catalana que acaba con varios ancianos heridos

Como cada año, la noche anterior a la Diada del 11-S, los partidos independentistas celebran el ya tradicional acto de ofrenda de flores al Fossar de les Moreres. Lógicamente, Aliança Catalana también organizó el suyo. Fue un acto marcado por los incidentes protagonizados por militantes y simpatizantes de la CUP.

Unas pocas decenas de personas (lo que en argot popular llamaríamos "cuatro gatos") que se autodefinen como antifascistas intentaron boicotear el acto del partido de Sílvia Orriols. De hecho, ya en los días previos, la CUP hizo un llamamiento a "impedir la participación de la extrema derecha en los actos de la Diada".

Una multitud de personas con banderas y pancartas se enfrenta a un grupo de policías antidisturbios en una manifestación al aire libre.

Sus cachorros, Arran, obedecieron las órdenes y se personaron en el Fossar para intentar reventar el acto. A pesar de la presencia de los Mossos d'Esquadra que separaban los dos bloques, hubo forcejeos e incluso agresiones por parte de los "antifascistas" a participantes del acto de Aliança Catalana. Algunos de ellos, además, ancianos. No faltó tampoco el democratísimo cántico "pim, pam, pum, que no quede ni uno" por parte de los simpatizantes de la CUP.

"Ahora mismo boicoteamos el acto de Aliança Catalana", alardeaban en redes los de Arran. "Orgullo de la juventud que lucha", compartía la cuenta oficial de la CUP. "La única forma de plantar cara a la extrema derecha es de cara y sin miedo como las jóvenes de Arran", decía Endavant, una de las principales corrientes internas de los cupaires.

Leyendo todos estos comentarios, parecía la mayor victoria del "antifascismo" desde la batalla de Stalingrado. Una heroicidad, con agresiones a ancianos e incluso periodistas, digna de ser mencionada en todos los libros de historia. Sin embargo, realmente no hubo ni boicot, ni impedimento, ni nada por el estilo.

A pesar de los insultos, amenazas y agresiones, Aliança Catalana pudo celebrar su acto. Y Sílvia Orriols pudo dar su discurso. "Me dejé las cuerdas vocales, pero la extrema izquierda islamista y totalitaria no impidió que hablase", comentaba esta mañana la alcaldesa de Ripoll.

De hecho, uno de los aspectos más destacados del acto del partido de Sílvia Orriols fue la numerosa participación que tuvo. Una muestra de que, dentro del independentismo, se trata de una formación al alza. Especialmente desde su irrupción en el Parlament el pasado 12 de mayo con dos diputados.

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