
La CUP saca solo un 2% y los Comuns un 7% en el barrio de los disturbios de Mataró
Vox arrasó en los distritos más degradados por la avalancha migratoria y el auge de la delincuencia
La escalada de violencia en el barrio de Cerdanyola de Mataró ha derivado en un enfrentamiento entre el gobierno municipal y los grupos antisistema. El alcalde David Bote (PSC) ha acusado a los “extremistas” de alentar la violencia en el barrio. El Sindicat de l’Habitatge se ha desmarcado de los disturbios y ha acusado a la policía de provocar la violencia.
Tras la sexta noche de altercados, el balance es de seis detenidos (cuatro de ellos menores) y 30 contenedores quemados. Este lunes se vivió una noche especialmente intensa. Sesenta jóvenes organizados provocaron varios incendios y lanzaron objetos a la policía y los bomberos.

Los altercados empezaron al concluir una asamblea abierta del Sindicat de l’Habitatge en la plaza Onze de Setembre. Bote señaló como culpable a “personas y colectivos que animan estas actitudes, y a quienes pedimos que cesen inmediatamente su conducta”. Señala directamente al movimiento por la vivienda, y denuncia abiertamente el problema de la okupación que sufre Mataró.
Los altercados empezaron el miércoles pasado tras la detención de un extranjero cuando intentaba okupar un piso. El movimiento por la vivienda blanqueó la okupación culpando de la crisis a la especulación y los desalojos. "El barrio tiene un problema estructural relacionado con el acceso a la vivienda" ha asegurado su portavoz.
Estas organizaciones acusan a partidos como Vox de aprovechar la tensión para extender el odio y difundir mensajes racistas. Partidos como la CUP y los Comuns apoyan el movimiento de la vivienda. Y en algunas ocasiones han incluso jaleado la violencia contra la policía.
CUP y Comuns, sin respaldo
Pero la realidad es que estos partidos representan a una minoría muy minoritaria del barrio donde se han producido los disturbios. En las elecciones municipales de 2023 la CUP sacó un 1,5% de los votos en Cerdanyola Sud, y un 2% en Cerdanyola Nord. Los Comuns obtuvieron un 6,4% en Cerdanyola Sud, y un 7,3% en Cerdanyola Nord.
Los pobres resultados de la extrema izquierda en este barrio contrastan con el éxito de Vox. El partido liderado por Mónica Lora fue el segundo más votado con un 18,6% en Cerdanyola Sud y un 17,1% en Cerdanyola Nord.
Pero eso, lejos de ser una realidad aislado, refleja un patrón que se repite en los barrios con más inmigración y más inseguridad. Vox, que no tenía representación municipal, consiguió cuatro diputados gracias al voto en los barrios más humildes. Fue la segunda fuerza más votada en ocho de los doce distritos de la ciudad.
Vox arrasa en los barrios más degradados
Vox arrasó en barrios como Cerdanyola, donde hay un 25% de inmigración y un 70% más de okupaciones que la media catalana. También hay un repunte de la delincuencia, sobre todo en relación con los robos.
La degradación de estos barrios hace que le voto se oriente a partidos que denuncian la inmigración masiva y la delincuencia y proponen soluciones. En cambio, las recetas que proponen CUP y Comuns apenas obtienen un 9% de apoyo popular. Aun así, sus sindicatos y organizaciones se arrogan la representación popular y acusan a los demás de extrema derecha.
Este martes se han vivido escenas de tensión a raíz de la visita de dirigentes de Vox al barrio de Cerdanyola de Mataró. Varios inmigrantes y antisistema insultaron e intimidaron a Ignacio Garriga y a los militantes de Vox que le acompañaban.
Más noticias: