Montaje de fotos de Arnaldo Otegi, Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Andoni Ortuzar, los cuatro con rostro serio

POLÍTICA

Cuenta atrás para las elecciones vascas más procesistas

El PNV emula a Junts para tener cerca a los abertzales, mientras que Bildu ha copiado la estrategia de ERC

El lehendakari Iñigo Urkullu ha firmado este lunes el decreto de disolución del parlamento y la convocatoria de elecciones en el País Vasco. Los comicios del 21 de abril se presentan como un pulso entre un PNV con dudas y un EH Bildu que quiere dar la sorpresa. En el fondo, la pugna en el espacio nacionalista vasco es una traslación de las estrategias procesistas en Cataluña.

El gran protagonista de estas elecciones es EH Bildu, que con un conglomerado de partidos de la izquierda soberanista vasca, aspira a dar el sorpasso al PNV. Si el BNG renegó en campaña de su proximidad a ERC, Bildu no tiene complejos. De hecho, la estrategia de los de Arnaldo Otegi se inspira en la del partido de Oriol Junqueras. 

La renuncia de Urkullu a la reelección por el PNV acabó de convencer a Otegi para dar un paso al lado y presentar una cara nueva en Bildu. Se trata de Pello Otxandiano, el artífice del giro moderado de Bildu y su acercamiento al sector empresarial para disputar el voto al PNV. Como ERC, los abertzales también combinan la independencia y los avances sociales con la apuesta por cuestiones como el ecologismo y el feminismo.

Pero el PNV llega a estas elecciones también transformado, lejos de aquel nacionalismo conservador clásico que le llevó a ganar elección tras elección. Igual que hizo Puigdemont con Junts, también el PNV ha oscilado hacia a la izquierda. Esto le permite competir en el mismo terreno que EH Bildu, pero también pactar con los abertzales cuando lo necesitan, como han hecho en esta pasada legislatura.

Si Otxandiano representa el giro de Bildu, el candidato jertzale, Imanol Pradales, personifica la modernización del PNV. Él fue uno de los cerebros del proceso de transformación al que se sometió el partido hace una década. Su estrategia consiste en jugar la carta de la estabilidad combinando su perfil de joven gestor con el reto de renovar la ilusión en un PNV lastrado por el desgaste de Urkullu tras doce años en la Lehendakaitza.

Bildu y ERC, vasos comunicantes

EH Bildu lleva tiempo copiando la estrategia de ERC de jugar la carta independentista en el País Vasco y apuntalar su perfil izquierdista en Madrid. Arnaldo Otegi es el hombre fuerte y la cara visible en Euskadi, mientras que Oskar Matute lleva el peso en el Congreso. Esto le permite disputar el electorado del PNV y de Sumar y Podemos al mismo tiempo.

Otegi participa en un acto de EH Bildu en Pamplona el mayo de 2023

Los abertzales abrazan así aquella idea forjada por Oriol Junqueras y Pablo Iglesias de que la transformación de España pasa por su reforma territorial. Esto sujeta las aspiraciones independentistas, vasca y catalana, a la transformación plurinacional del Estado español. Así lo refrendó EH Bildu en su último documento estratégico, en junio de 2023.

El partido de Otegi subrayó su papel como impulsor de las políticas sociales a la vez que reivindicaba la apertura de un clima político propicio para abordar el conflicto territorial. Bildu lleva tiempo poniendo el acento en la defensa de los servicios públicos en Euskadi, y en los avances en tema de pensiones o derechos sociales. Por otro lado, reclama el acercamiento de los presos etarras y un referéndum de autodeterminación pactado con el Estado.

El PNV oscila como Junts

El procesismo ha contagiado también al PNV, que ha abandonado sus posiciones clásicas para presentarse como un partido más abierto y oscilante. El candidato Pradales habla del PNV como el partido de la “prosperidad inclusiva” y del “equilibrio social”. Al mismo tiempo trata de retener el apoyo de los sectores económicos, resentidos por la renovación de la confianza del PNV con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Plano medio de Andoni Ortuzar y Jordi Turull dándose la mano y sonriendo mirando a cámara

Los de Andoni Ortuzar recibieron presiones del sector empresarial para buscar un acuerdo de investidura con el PP de Feijóo. El PNV no ha escondido sus diferencias con Podemos (ahora Sumar), y su preferencia por un gobierno de derechas. Pero cualquier entendimiento quedó frustrado por la sombra de Vox. 

En esta campaña, el PNV refuerza el mensaje de apoyo a la iniciativa privada y el impulso empresarial para sujetar el apoyo de estos sectores. Pero a la vez muestra una mayora sensibilidad hacia los temas sociales que hace unos años. Ahora el PNV habla también sin reparos de igualdad, cuidados y ecología, al mismo tiempo que señala que los avances sociales y la cuestión nacional son dos caras de una misma moneda.