Montaje de Yolanda Dïaz y un reloj de pared antiguo
POLÍTICA

Cuando con la excusa de la conciliación el Gobierno quiere imponerte tu horario

Yolanda Díaz apuesta por modificar los horarios de la restauración con el argumento de la reforma laboral. Se trata de otro movimiento en contra de la libertad


La ministra de Trabajo del Gobierno de España, Yolanda Díaz, apuesta por adelantar la hora del cierre de los restaurantes. Dicho de otra manera: que la administración pública restrinja la capacidad de la restauración de tener su propio horario. La idea de la líder de Sumar y vicepresidenta segunda de Pedro Sánchez es limitar los horarios de la hostelería en el marco de la reducción de la jornada laboral.

Para Yolanda Díaz, "no es razonable que España tenga tantos restaurantes abiertos a la una de la madrugada". Y no solo eso, el Gobierno también pretende marcar los horarios de las reuniones y "racionalizar el tiempo", de modo que ha creado un grupo de trabajo. Serán 60 expertos -siempre hay expertos porque quedan muy bien- los que aborden el asunto y propongan medidas, ya que Díaz asegura que es una "necesidad que existe en España".

No es de extrañar: el Gobierno del PSOE y Sumar ya ha mostrado una voluntad inequívoca de legislar en otras cuestiones que afectan a la libertad del individuo. Imponer horarios en pro de "la conciliación" es una más. Lo definía mejor aún la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: "Nos quieren puritanos, materialistas, socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes porque les da la gana". Ayuso recordaba que la vida nocturna española, algo ligado al carácter, "también crea empleo".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV Legislatura, en el Congreso de los Diputados, a 29 de noviembre de 2023, en Madrid

La reforma horaria, un debate que siempre vuelve

Cataluña ya vivió un intenso debate sobre la reforma horaria. Eran tiempos de Procés y algunos creyeron realmente que la "república dels somriures" sería la mejor, la más moderna y la más woke del mundo. El Parlament llegó a debatir la Ley para la reforma horaria y existe un pacto y hasta un consejo asesor. Ahora mismo, el grupo motor en Cataluña de esta reforma horaria la forman profesionales médicos, consultores, altos cargos de ERC, colectivos feministas, profesores universitarios y -sorpresa- gente de la Fundació Bofill.

En los últimos años, ha sido la consejería de Igualdad y Feminismos la que ha abanderado la lucha para una reforma horaria y una conciliación desde "la perspectiva de género".

Montaje fotográfico con el palacio de la Generalitat de fondo y Pere Aragonès y Laura Vilagrà en primer plano

Asegura que las mujeres catalanas "son las más estresadas de toda Europa y ocupan el quinto lugar a nivel mundial". Defienden la reforma horaria para impulsar "unos hábitos horarios cívicos, potenciando la igualdad entre las personas, las capacidades de buena relación y, sobre todo, la salud". Estos son los cuatro puntos que defiende:

  • Compactar la jornada laboral para salir antes del trabajo.
  • Introducir horarios laborales más flexibles de entrada y salida.
  • Avanzar las horas de las comidas, tanto de la comida como de la cena.
  • Sincronizar los horarios de empresas, instituciones y actores sociales y culturales.

Hace ya casi una década que Cataluña intentó impulsar una reforma horaria pionera en el Estado. La propuesta quería que comiéramos a la una del mediodía, nos daba hasta 20 minutos para una siesta, pretendía cenara a las ocho de la tarde e ir a dormir entre las diez y las once de la noche. Es curioso, no contemplaba trabajar de tardes y marcaba que éramos productivos de 9h a 13h, solo durante cuatro horas.

Ahora, la vicepresidenta del Gobierno de España quiere controlar los horarios de la restauración, un primer paso para imponer una reforma horaria encubierta. Yolanda Díaz, apuesta por imponer en lugar de dialogar, quiere equipararnos al horario europeo sin modificar los hábitos de la gente. En Cataluña ya sabemos cómo acaba: habrá propuestas de leyes, pactos, expertos, observatorios y tiempo perdido. Menuda ironía: quiénes quieren reformar el tiempo, lo gastarán sin escuchar a los ciudadanos.

➡️ Política

Más noticias: