Un hombre con gafas y traje azul está sentado en un banco de madera, llevándose la mano a la boca mientras observa a otra persona de espaldas.
POLÍTICA

4 crisis y una Cataluña rota: La herencia que deja Pere Aragonès al nuevo Govern

El PSC tiene el reto de marcar una ruptura en cuestiones como la inmigracion y la inseguridad

El sí de la militancia de ERC al preacuerdo con el PSC allana el camino de la investidura de Salvador Illa. La definitiva entronización del candidato socialista pondrá punto y final a los tres años de gobierno de Pere Aragonès, con un balance desigual. Para los republicanos, una obra incompleta que sin embargo ha puesto las bases de una nueva etapa de avances sociales sin precedentes en Cataluña. Para amplios sectores, sin embargo, un gobierno nefasto que deja a una Cataluña llena de crisis y más fracturado.

De hecho, el gran éxito de Pere Aragonès fue resistir en el poder pese a gobernar con solo 33 diputados y un gran descontento social. La demostración de este descontento quedó plasmado en los resultados electorales del 12 de mayo, donde ERC perdió 13 diputados. 

El gobierno de Pere Aragonès pasará a la historia por las crisis abiertas en sectores como la inmigración, la seguridad, la sanidad y el campo. Pero también por la crispación social fruto, en buena medida, de una forma de gobernar autoritaria y basada en el control de los medios de comunicación y la estigmatización de la disidencia. Pere Aragonès dice adiós, y ahora habrá que ver si Illa es capaz de romper la dinámica o supone una continuidad.

La Consejería de Interior será fundamental

El acuerdo de investidura deja entrever la continuidad de departamentos estratégicos como el de Acción Exterior e ideológicos como el de Igualdad. Pero en cambio el PSC pretende marcar una ruptura en áreas como Interior. De largo la consejería más polémica del gobierno anterior, el nuevo consejero (o consejera) de Interior tendrá la responsabilidad de reducir la inseguridad creciente en Cataluña.

Montaje de Joan Ignasi Elena y dos patrullas de Mossos d'Esquadra

La Consejería de Interior de ERC, con Joan Ignasi Elena al frente, negó siempre la inseguridad y atribuyó el auge de la delincuencia a casos aislados y fabulaciones de la extrema derecha. La herencia que deja es un repunte de todos los delitos en Cataluña, según los datos oficiales. Y especialmente de los delitos violentos como los atracos, las okupaciones y las agresiones sexuales, que hace que según el último estudio de opinión la mayoría de catalanes, especialmente mujeres, hayan cambiado sus hábitos.

El PSC se mostró muy crítico con la gestión de la seguridad durante el anterior gobierno, y en campaña electoral prometió mano dura si llegaba al poder. Por delante tiene el debate sobre la reincidencia, la debilidad del sistema penitenciario y el refuerzo policial par acabar con la delincuencia. La duda ahora es si el PSC será capaz de revertir las políticas buenistas del gobierno de ERC, responsables de la degradación social en Cataluña.

Qué hacer con la inmigración

El otro tema urgente es la inmigración, que ha generado un fuerte debate social este último año. ERC ha fomentadoe estos últimos la inmigración ilegal por encima de las posibilidades de acogida en Cataluña, muchas veces con la complicidad del propio PSC. Pero en campaña electoral Salvador Illa dio un giro a su discurso y admitió la necesidad de mayores controles migratorios en Cataluña.  

La gran duda que surge es si Illa podrá imponer realmente un cambio a la política migratoria dada su sumisión al Gobierno de Pedro Sánchez en Madrid. Y a su dependencia de ERC y de los Comunes en Cataluña. Sobre la mesa tendrá un problema urgente que resolver, el de la llegada de miles de menores no acompañados en Cataluña, que el Departamento de Acción Social ya advirtió que era insostenible.

El nuevo gobierno se encontrará entre la espada y la pared de la realidad social, por una parte, y el debate ideológico, por otra. La realidad social dibuja un panorama complicado, con el desafío que supone el auge migratorio y sus consecuencias sociales y de seguridad (por ejemplo con el problema de la multirreincidencia). Pero el debate ideológico condicionará también las políticas del nuevo gobierno, sobre todo por las reticencias del PSC a quedar alineados con las propuestas de la derecha (Junts, Aliança Catalana, PP y Vox).

Crisis agraria

La crisis agraria es otra de las herencias del Govern Aragonès, ya que más allá de que fuera una crisis global, el gobierno catalán intentó cerrarla en falso. La crisis agraria se relaciona con el modelo económico y energético de la comunidad, donde el PSC tiene la tentación de marcar una continuidad con el gobierno de ERC. El tema de la sequía será otro reto para el Govern Illa, que deberá demostrar capacidad para cambiar la forma de gobernar del anterior ejecutivo.

Montaje de David Mascort y la huelga de tractores

ERC y los Comunes ya han impuestos en sus acuerdos de investidura cosas como la transición ecológica y el freno a los macroproyectos. Por lo tanto, no cabe esperar un gran viraje en ámbitos que han marcado la dinámica política del Govern en los últimos tres años. Tampoco el PSOE ha demostrado una gran cintura a la hora de gestionar el problema del campo en Europa y en España, así que en este apartado también se impone el pesimismo.

La Consejería de Acción Climática (David Mascort) ha sido una de las más polémicas en el último tramo de legislatura. Esta no está sujeta de forma específica a las exigencias de ERC en el acuerdo de investidura, lo cual da margen de cambio al PSC. Habrá que ver si el nuevo consejero (o consejera) sabe reconducir las relaciones con los agricultores catalanes y resolver problemas como el del agua.

Crisis sanitaria y educativa

Finalmente, el nuevo ejecutivo tendrá el reto de resolver la crisis de los servicios públicos. Cataluña sigue siendo la única comunidad que no ha revertido los recortes de la crisis de 2008, y la cuestión sigue siendo cómo se distribuyen y se ejecutan los recursos. El primer reto en este sentido tiene que ver con la sanidad, que ha seguido sufriendo recortes con el Govern Aragonès y está en una situación complicada por la no aprobación de los últimos presupuestos.

En este sentido, el Govern Illa tendrá encima de la mesa el objetivo de mejorar los servicios sanitarios públicos (listas de espera, camas de hospital, atención primaria). Y al mismo tiempo mejorar las condiciones laborales del personal sanitario que ha desembocado en las últimas huelgas contra el gobierno de ERC. El segundo reto tiene que ver con la Educación, otro departamento en el punto de mira por su flagrante fracaso.

Montaje de fotos de unos niños de espaldas en clase atendiendo a la profesora y, en un primer plano, una imagen de Anna Simó con el rostro cabizbajo

Los últimos datos ponen a Cataluña en la cola del nivel del alumnado en comprensión lectora y cálculo. Esto ha provocado un debate sobre el modelo educativo en Cataluña, marcado por la connivencia y las puertas giratorias del gobierno de ERC con la Fundación Bofill que propone un concepto buenista de la educación. El PSC tendrá como reto romper estos lazos para mejorar el nivel educativo en las escuelas catalanas, además de otros desafíos como la inmigración, las condiciones laborales y la relación con la comunidad educativa.

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