La crisis española abre una nueva oportunidad para el procesismo
La debilidad obliga a Pedro Sánchez a seguir haciendo concesiones a los independentistas para conservar el poder
Ante las acusaciones de utilizar la debilidad del Gobierno para imponer sus exigencias, los líderes de Junts insisten siempre en una idea: a ellos no les importa la estabilidad de España, sino los intereses de Cataluña.
De hecho, cuanto más inestable es la situación política en Madrid más espacio tienen los partidos independentistas para obtener concesiones del Gobierno central. Esta dinámica perversa que se ha instalado en la política española alcanza ahora su máxima expresión, con los escándalos de corrupción que acorralan al PSOE y ponen en riesgo la continuidad del Gobierno. Justo en su peor momento, debilitados por sus crisis internas y castigados en las urnas, ERC y Junts ven en la crisis española una oportunidad para resurgir.
Junts espera obtener avances 'históricos' para Cataluña
Carles Puigdemont rechaza por ahora las tentaciones de una moción de censura contra Pedro Sánchez porque sabe que le irá menor con un Gobierno débil y desesperado. Junts ha conseguido ya concesiones importantes en la negociación de la reforma fiscal y sigue apretando en cuestiones como el catalán, el techo de gasto y el traspaso de competencias. Jordi Turull ha anunciado un inminente acuerdo "histórico" en materia de inmigración.
Esto, que puede parecer anecdótico, es vital para que Junts, fuera de las principales instituciones de gobierno en Cataluña, pueda seguir manteniendo el cuerpo a cuerpo con ERC. Puigdemont dice que no le importa la gobernabilidad en España. Pero sabe que mientras sus diputados sean cruciales para garantizar la gobernabilidad en España, Junts seguirá siendo un actor protagonsita en Madrid y en Cataluña.
Las acusaciones de corrupción de Víctor de Aldama a Pedro Sánchez pueden ser la estocada definitiva a un Pedro Sánchez al que ya solo le quedan los presupuestos. En el PSOE son optimistas, y creen que la aprobación in extremis de la reforma fiscal allana el camino para la aprobación de los presupuestos de 2025. En Junts se frotan las manos, porque la posible caída del Gobierno y la sombra de la moción de censura favorecen su posición de fuerza ante el gobierno central.
Puigdemont hace oídos sordos a los cantos de sirena del PP, pero advierte al PSOE de que no está habiendo avances en el cumplimiento de los compromisos de investidura. Los juntaires fijan como prioridades la aplicación de la amnistía, el catalán en Europa y más recursos para Cataluña. Puigdemont está convencido de que la acción política de Junts en el Parlament, como líder de la oposición, depende estrechamente de las concesiones que sea capaz de arrancarle al PSOE en Madrid.
Junqueras espera agazapado su momento
ERC ha demostrado ser un socio leal del PSOE, así que con los republicanos no existe el miedo de una ruptura real. Sí, Oriol Junqueras ha amenazado con romper los pactos con los socialistas si no cumplen sus acuerdos, pero en el PSOE entienden que se trata de una mera estrategia electoral de cara al congreso nacional de los republicanos. De hecho, la reelección de Oriol Junqueras como presidente de ERC consolidaría la estrategia de alianzas entre PSOE y ERC.
Eso sí, hasta ahora el PSOE había negociado con un Oriol Junqueras debilitad, primero, y con una ERC descabezada, después. La reelección daría a Junqueras una renovada legitimidad para marcar un perfil más duro en las negociaciones con los socialistas. Máxime si tenemos en cuenta que Junts está consiguiendo todo lo que pide, y que Esquerra necesita que la financiación singular se concrete lo antes posible para no volver a quedar en evidencia delante de los suyos.
De momento, Junqueras guarda silencio ante la crisis de gobierno en España y espera agazapado su momento. Pero si consigue la reelección volverá más envalentonado y con el aval mayoritario de la militancia tendrá una mayor legitimidad para exigir concesiones a un PSOE en horas bajas. No es extraño que el expresidente de ERC haya vuelto a sacar la hoja de ruta del referéndum y la promesa de un nuevo 1-O.
Así, los líderes procesistas hacen un mismo análisis de la situación y es que están mejor que hace un año y medio y que por lo tanto les conviene seguir manteniendo al Gobierno de Pedro Sánchez con respiración asistida.
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