Montaje de fotos de Carles Puigdemont con rostro serio y, de fondo, una patera llena de inmigrantes llegando a España
POLÍTICA

Crece la tensión entre Junts y los otros partidos procesistas por la inmigración

Una encuesta en Sant Cugat reaviva la pugna entre izquierda y derecha dentro del independentismo


¿Una elevada tasa de inmigración puede tensionar los servicios públicos o poner en riesgo las tradiciones y la lengua catalanas? ¿Sant Cugat tiene que acoger inmigración hasta el máximo de sus posibilidades? ¿Deberían ser retornadas a su lugar de origen las personas inmigradas que delinquen de forma reincidente?

Estas son algunas de las preguntas formuladas por el Observatorio Sociológico Municipal a los vecinos de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). La iniciativa, promovida por Junts desde el gobierno municipal, ha provocado malestar en el arco político. Sobre todo en ERC, que forma coalición con los juntaires.

Junts refuerza así su cambio de posición en el tema de la inmigración para competir con el independentismo identitario en auge. El partido de Carles Puigdemont abrió el melón de la inmigración y la delincuencia en los municipios del Maresme, sometidos a una creciente presión migratoria. Ahora lo hace en Sant Cugat, bastión del poder municipal convergente, tratando de marcar un claro giro conservador.

Guerra política entre Junts y la izquierda

El principal señalado es Jordi Puigneró, exconseller y vicepresident de Junts destituido por Pere Aragonès en septiembre de 2022. El PSC, la CUP y En Comú Podem, partidos en la oposición, le acusan de “fomentar mensajes xenófobos” y “legitimar futuras políticas racistas en Sant Cugat”. Desde el gobierno, ERC se desmarca de “preguntas que inducen a vincular inmigración con delincuencia y reincidencia”. 

Los republicanos rechazan también la “estigmatización de personas migrantes” y aclaran que “responde a la agenda política de un partido, no al gobierno de la ciudad”. Además, acusan a sus socios de gobierno de “alimentar la extrema derecha”. ERC, y el resto de los partidos de la izquierda, insisten en la necesidad de evitar los discursos xenófobos.

Puigneró admite no haber consensuado la encuesta con su socio, pero se justifica diciendo que en años anteriores ya se había preguntado a los vecinos sobre la inmigración. La izquierda aprovecha para arremeter nuevamente contra Junts por este tema. Y Junts niega las acusaciones de racismo, alegando que esquivar el problema de la inmigración es dar campo libre al avance de la extrema derecha.

¿Teme Junts el auge identitario?

No hay encuestas oficiales sobre la perspectiva de voto de Aliança Catalana si Sílvia Orriols se presenta a las elecciones al Parlament. Pero se percibe una doble tendencia, por un lado de crecimiento del independentismo antiinmigración, y por otro de declive de los partidos procesistas. Esto explica en parte el endurecimiento del discurso de Junts en el tema de la inmigración.

Montaje de fotos de primer plano de Carles Puigdemont y Sílvia Orriols, ambos con rostro medio sonriente

Una cosa está clara, y es que el debate migratorio centrará la agenda catalana en la larga campaña electoral de este 2024. La inmigración y la seguridad son los dos temas que más preocupan a los catalanes. El Govern y la izquierda siguen defendiendo la necesidad de acoger, mientras que al otro lado señalan el agotamiento del modelo migratorio.

Junts se encuentra en pleno proceso de refundación ideológica, que tiene como objetivo el regreso al espíritu de la vieja convergencia. Su intención es volver a ser el partido del orden en Cataluña, alejándose de la deriva que en los últimos años le había llevado al terreno de ERC y la CUP. Puigdemont quiere apoyarse en la vieja guardia convergente (Jordi Turull y Josep Rull) para acabar con la bicefalia dentro del partido y ocupar un nuevo espacio en la Cataluña post-procés.

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