Plano medio corto de Pedro Sánchez en las puertas del Palacio de la Zarzuela
POLÍTICA

Convocan una gran manifestación para pedir la dimisión de Pedro Sánchez

Sin presupuestos ni estabilidad parlamentaria, el Gobierno ve cada vez más difícil agotar la legislatura

La derecha urdió una estrategia de oposición a Pedro Sánchez basada en tener un pie en la calle y otro en las instituciones. Las movilizaciones contra la amnistía marcaron el primer año de legislatura, para luego dar paso a la ofensiva judicial. Tras varios meses sin salir a la calle, el antisanchismo vuelve a citarse el próximo 10 de mayo.

Miles de personas manifestándose en Barcelona con banderas españolas, catalanas y europeas

Más de un centenar de asociaciones de la sociedad civil han convocado una concentración en la Plaza Colón de Madrid, el 10 de mayo a las 12 horas. Bajo el lema ‘Por la dignidad de España’, pedirán la dimisión de Pedro Sánchez y la convocatoria de nuevas elecciones.

Los convocantes son las 129 entidades cívicas agrupadas en la Plataforma por la España Constitucional. La oposición considera que ha llegado el momento de volver a salir para aumentar la presión sobre un Gobierno en la cuerda floja. Creen que el Gobierno de Sánchez nunca había sido tan débil, y que podría caer en cualquier momento.

Pedro Sánchez se encuentra asediado por los escándalos, especialmente por las nuevas informaciones que van apareciendo sobre el exministro Ábalos. Mientras, sigue siendo rehén del chantaje de los independentistas. La debilidad de su Gobierno, sin presupuestos ni estabilidad parlamentaria, convierten cada votación en una subasta.

El Gobierno, en manos de Podemos y Junts

Podemos deslizó hace poco la posibilidad de que Pedro Sánchez adelante las elecciones al año que viene, coincidiendo con las andaluzas. No es nada descabellado. Si no consigue aprobar los presupuestos de 2026, se antoja muy difícil que pueda agotar la legislatura.

Hay que recordar que Pedro Sánchez está gobernando con las cuentas de 2024 prorrogadas por su incapacidad de aprobar las de 2025. El PSOE ya ha renunciado a negociar las de este año, y ha empezado a preparar las del año que viene. Pero lo tendrá muy difícil, sobte todo por la hostilidad creciente de Podemos y Junts.

Podemos ya ha mostrado su reticencia a aprobar unos presupuestos con el aumento del gasto en defensa. Además, los morados creen que este es un buen momento para afrontar unas elecciones. Quieren aprovechar el bajón de Sumar y el relanzamiento de la figura de Irene Montero.

Junts condiciona su apoyo al Gobierno al cumplimiento de sus compromisos antes del verano. Sobre todo la amnistía, que el Tribunal Supremo ha dejado en un limbo y que amenaza seriamente la restitución política de Carles Puigdemont. Lo único que tranquiliza el PSOE es que las encuestas no sonríen a Junts, a quienes unas elecciones tampoco benefician en nada.

Sánchez teme un otoño caliente

La vuelta del antisanchismo a las calles es una mala noticia para el Gobierno, que ahora no dispone de la suficiente fortaleza para resistir. Si finalmente accede a las exigencias de ERC y Junts, el Gobierno podría enfrentarse a un otoño caliente. El PSOE teme acabar abandonado por sus socios, y a merced de la indignación social.

La última manifestación fue el 20 de octubre de 2024. Las entidades insistieron en desvincular las movilizaciones de las siglas políticas, y lo plantearon como una defensa de la democracia más allá de la ideología. Denunciaron la connivencia del Gobierno con el separatismo, la colonización de las instituciones, la falta de separación de poderes, y los casos de corrupción.

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