Cómo Meloni ha acabado con el paro en Italia: el secreto está en las 'paguitas'
La fórmula del éxito es sencilla y consiste en eliminar los desincentivos al empleo
Cuando Giorga Meloni anunció la reforma de la Renta de Ciudadanía, un subsidio para personas en riesgo de inclusión, le llamaron de todo. Seis meses después, el paro en Italia ha caído un 7,2%, el nivel más bajo desde 2008. La clave estaba en retirar la “paguita” a las personas en condiciones de trabajar.
La Renta de Ciudadanía es el equivalente al Ingreso Mínimo Vital que existe en España. La propia administración asume que la renta garantizada supone un desincentivo al trabajo, y por eso incluye algunos requisitos como estar dado de alta como demandante de empleo. La realidad es que en muchos casos, se acaba convirtiendo en una forma de vida para millones de personas en situación de desempleo.
De hecho, el Gobierno Meloni sólo retiró la ayuda a los ciudadanos que pueden trabajar. En julio, 169.000 familias que percibían la Renta de Ciudadanía recibieron un SMS informando de que en agosto quedaría suspendida. Desde que se retiró la “paguita” a las personas en condiciones de trabajar, 130.000 personas se han incorporado al mercado laboral.
500.000 puestos de trabajo más
El Gobierno de Georgia Meloni saca pecho por el éxito de las medidas económicas que han bajado al paro a niveles históricos. Desde que la líder de Hermanos de Italia llegó al cargo de primera ministra, el paro ha bajado en 150.000 personas. La mayoría han encontrado trabajo desde que el gobierno retiró la renta garantizada.
El país cuenta ahora con casi 24 millones de ocupados, unos 230.000 más que en julio, cuando el gobierno puso en marcha la medida. En total se han creado 500.000 puestos de trabajo más desde que se formó el nuevo gobierno. Esto refuerza la tesis de Meloni, que dijo que la Renta de Ciudadanía era invertir en miseria.
Giorgia Meloni prometió acabar con la renta durante la campaña electoral, argumentando que era un derroche de dinero público que solo aumentaba la pobreza. Desde 2019 hasta 2023 el número de hogares beneficiados con la ayuda se disparó de 570.000 a más de un millón. La ayuda se mantiene para las familias que no pueden acceder a otras fuentes de ingresos, pero desaparece para aquellos que sí pueden trabajar.
España, un caso opuesto
El éxito del modelo italiano contrasta con la tendencia que se está siguiendo en España. El Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz estudia ahora la extensión del subsidio de desempleo que podría subir de 700.000 beneficiarios a 1,1 millones. En el mes de enero el paro subió un 2,2% en España, con 60.404 desempleados más.
El Gobierno introdujo en 2022 un incentivo salarial para los beneficiarios del ingreso mínimo que se incorporaran al mercado laboral. Pero tanto el año pasado como el actual también ha aumentado las cuantías, lo cual supone un desincentivo para la búsqueda de empleo. Además, los trámites burocráticos impiden a las personas más vulnerables acceder a esta renta, con lo cual pierde su principal función.
Giorgia Meloni y Vox son vasos comunicantes, y eso explica que el partido de Santiago Abascal quisiera importar el mismo modelo en España. Vox ha dicho que el ingreso mínimo en España hace de efecto llamada a la inmigración, y cronifica la pobreza. El PP, vacilante, votó a favor de su aprobación si se vinculaba a la búsqueda de trabajo.
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