
Un colectivo musulmán desafía al ayuntamiento por una mezquita en Premià de Mar
El consistorio quiere trasladar el lugar de rezo para reconvertir el edificio en una escuela infantil
El traslado de una mezquita para reconvertir el edificio en una escuela infantil ha puesto en pie de guerra a una comunidad marroquí en Premià de Mar. El colectivo Attawba había convocado una movilización contra la decisión de una mayoría de los partidos del ayuntamiento. El alcalde les ha acusado de “irresponsables” y de actuar movidos por “manía personal” contra él.

No es la primera vez que estalla un conflicto por una mezquita en Cataluña. La construcción de una macromezquita en Banyoles ha destado una tormenta política entre partidos políticos. En Lérida, la comunidad islámica se opone a la construcción de una mezquita mientras rezan en la calle.
Esto contribuye a aumentar la tensión entre los autóctonos y la comunidad marroquí, especialmente numerosa en algunas ciudades de Cataluña. Partidos como Vox y Aliança Catalana denuncian la islamización de Cataluña con la complicidad de gobierno y administraciones. Critican también la capacidad de presión que llegan a tener estos colectivos.
Tensión con el ayuntamiento
La comunidad Attawba que gestiona la mezquita de Premià de Mar ha protestado contra la decisión de reconvertir el edificio en una escuela infantil. Primero habían convocado una concentración para este domingo. Pero finalmente la desconvocaron, después de que el ayuntamiento les ofreciera varias alternativas.
Todo empieza por el acuerdo de los partidos del consistorio de convertir el edificio de la mezquita en una escuela infantil. El colectivo musulmán considera que el ayuntamiento ha roto el compromiso que tenía con ellos. Dicen además que han invertido mucho dinero en su reforma, y que el traslado supondrá un golpe emocional para la comunidad.
Pero el alcalde de Junts en Premià, Rafa Navarro, cargó duramente contra este colectivo. Criticó que actuaran por animadversión hacia él y advirtió que la protesta no traería ninguna solución. Finalmente parece que las aguas han vuelto a su cauce.
Problema enquistado
El ayuntamiento anunció en otoño del año pasado su intención de abrir una escuela infantil en el lugar donde ahora hay la mezquita. Esta medida respondía al aumento de la demanda educativa en la localidad.
El proyecto, respaldado por varios grupos políticos locales, busca crear 80 nuevas plazas para educación infantil, lo que es visto como una necesidad urgente por las autoridades municipales.
Desde el inicio, la comunidad Attawba se ha mostrado reacia a la reubicación. Aseguran que existía un acuerdo para construir un nuevo centro cultural islámico en una parcela cercana. A cambio el Ayuntamiento adquiriría un terreno que la comunidad posee en la calle Joan Prim.
Sin embargo, el consistorio sostiene que dicho acuerdo caducó a mediados de 2023. Lo que dejó a la comunidad sin la posibilidad de seguir utilizando el espacio en el Voramar.
El Ayuntamiento ha propuesto diversas alternativas al colectivo Attawba, como la compra de la finca en la calle Joan Prim por un valor superior al mercado, con el fin de facilitarles el acceso a un nuevo local para actividades religiosas. No obstante, estas opciones han sido rechazadas de forma tajante por el colectivo, que insiste en que la única opción viable es mantener su presencia en el Voramar.
De hecho, algunos miembros de la comunidad han optado por abrir un nuevo oratorio en el torrente Malet, pero el grupo de Ifkiran sigue rechazando cualquier solución fuera del antiguo edificio escolar.
En medio de la creciente tensión, y a pocas horas de la manifestación, el Ayuntamiento y Attawba iniciaron nuevas negociaciones. Como resultado, la protesta fue finalmente desconvocada, aunque el consistorio sigue firme en su decisión de que la mezquita debe abandonar el edificio.
Las conversaciones entre ambas partes continúan, pero el conflicto no parece haber llegado a su fin, y aún persisten dudas sobre cómo se resolverá esta disputa que ha dividido a la comunidad local.
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