
Cataluña, refugio de delincuentes extranjeros
Ciudades como Figueres conocen bien el problema que suponen los fugitivos extranjeros que se refugian en Cataluña
Recientemente, la Policía Nacional detuvo en Camprodón, Girona, a un hombre reclamado por las autoridades alemanas por tráfico de drogas. El arrestado, violento, llevaba tiempo evadiendo la justicia. Estaba en busca y captura por una condena de hasta 15 años de prisión. Su detención fue el resultado de una intensa vigilancia del Grupo de Fugitivos de la Brigada Provincial de la Policía Judicial. Este grupo alertó a otras patrullas para garantizar una detención segura.
El operativo contó con la colaboración de varias unidades, incluyendo la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) y la Unidad de Extranjería y Documentación (UED) de Camprodón. También participaron los Mossos d'Esquadra del Ripollés. Tras el arresto, el fugitivo fue puesto a disposición judicial. Se iniciaron los trámites para su extradición bajo la Orden Europea de Detención (OEDE).

Este caso refleja una tendencia recurrente: Cataluña se ha convertido en refugio para delincuentes internacionales. En 2024, por ejemplo, la Policía Nacional detuvo a 1.920 prófugos en la región, 166 de ellos reclamados por otros países. La mayoría se encontraba en la provincia de Barcelona, particularmente en la capital, y estaban implicados en delitos graves, como homicidios y tráfico de drogas.
Entre los detenidos se encuentran figuras notorias de mafias internacionales. Uno de ellos fue Nikola Vušović, líder del clan serbio Kavacki, buscado por homicidios y secuestros. Su arresto fue posible gracias a años de investigaciones coordinadas por Europol. El arresto de Vušović muestra cómo Cataluña se ha convertido en un refugio para criminales internacionales, especialmente de Europa del Este y del sur.
Este patrón se repite en otras detenciones, como la de un hombre buscado por asesinar a un sacerdote en Hungría. Fue arrestado en Girona. También se han detenido mafiosos italianos vinculados a la Camorra Romana en Barcelona. Los investigadores aseguran que factores como la ubicación estratégica de Cataluña, su actividad portuaria y la excelente conectividad con Europa y Andorra contribuyen a que los fugitivos elijan la región como refugio.

Ubicación geográfica
El atractivo de Cataluña para los delincuentes internacionales no solo se debe a su infraestructura. La región ha sido históricamente un punto de paso y residencia para ciudadanos extranjeros. Esto facilita la integración de fugitivos que intentan pasar desapercibidos, algo que saben muy bien en Figueres, en particular su alcalde, Jordi Masquef.
Muchos prófugos aprovechan la diversidad cultural y la constante afluencia de turistas para mezclarse con la población local. Las redes criminales han aprendido a utilizar estos factores a su favor. Establecen contactos y estructuras operativas que les permiten mantener actividades ilegales, incluso mientras huyen de la justicia.

El auge de fugitivos internacionales en Cataluña representa un reto significativo para las autoridades políticas y, sobre todo, policiales. Aunque se han incrementado los esfuerzos, la cooperación internacional sigue siendo crucial. La colaboración bajo la coordinación de Europol es esencial para desarticular redes criminales que superan las capacidades de los Mossos.
En última instancia, esta es otra de las caras del aumento de la inseguridad en Cataluña. Porque, como suelen señalar los expertos, la inseguridad es un problema multidimensional y que abarca muchas expresiones. Además de problemas básicos para la ciudadanía, como la multirreincidencia, también nos encontramos con asuntos más espinosos, como puede ser este de los fugitivos o, peor aún, del islamismo radical.
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