Cataluña, el paraíso de la delincuencia
Los datos dejan en evidencia el relato buenista del Govern i el conseller del Interior Joan Ignasi Elena
El Govern, de la mano de su consejero del Interior, Joan Ignasi Elena, lleva tiempo esparciendo la idea de que en Cataluña no hay un problema con la delincuencia y que básicamente lo que hay es un problema de la percepción de la inseguridad por parte de la ciudadanía.
Sin embargo, la realidad es la que es. Y así lo demuestran los datos oficiales e incluso declaraciones de los mandos de los Mossos d’Esquadra. El aumento de la criminalidad en Cataluña en el inicio del 2024 se centra, sobre todo, en los delitos contra la libertad sexual (entre ellos, las violaciones) y también en los delitos de lesiones por riña tumultuaria. Pero el problema de Cataluña va más allá.
No es ninguna novedad la proliferación de plantaciones de marihuana en todo el territorio catalán. De hecho, Cataluña es ya considerada uno de los principales “jardines de marihuana” de Europa, señalan varios responsables policiales. La detención de bandas dedicadas al cultivo y distribución de esta droga es una constante en los últimos años. Es evidente que Cataluña se ha convertido en un paraíso para muchos narcos que han decidido instalar aquí su base de operaciones.
Este problema, además, genera otros problemas igual o más graves. Y es que esta instalación de bandas dedicadas al narcotráfico en Cataluña conlleva también la proliferación de enfrentamientos violentos, asesinatos y tenencia de armas de guerra. A pesar de los esfuerzos policiales, en muchas ocasiones no tienen los efectivos y material necesarios para luchar contra el fenómeno de la marihuana en Cataluña.
Al problema de la marihuana se le debe añadir ahora el problema del hachís. La presión policial de los últimos meses y años en la costa sur de la península ha traslado a Cataluña el desembarco de fardos por parte de narcobandas procedentes de Marruecos. Así, el territorio catalán se ha acabado convirtiendo no solo en un paraíso respecto a los narcos de la marihuana, sino también uno de los principales puertos de entrada de hachís a Europa. La misma cúpula de los Mossos admite que es un problema que cada vez les preocupa más.
La explicación a que Cataluña se haya convertido en un paraíso para los narcos no solamente está en la inferioridad de nuestra policía para combatirles. También tiene que ver con el Código Penal. Las penas relacionadas con el tráfico de droga son inferiores a otros países de Europa, aunque esas mismas penas pueden acabar incrementándose si se le añaden delitos de organización criminal y similares.
De este modo, Cataluña no solamente debe afrontar el problema de lo que sería la criminalidad corriente, la que gran parte de los ciudadanos pueden sufrir por las calles catalanas. Los movimientos de las bandas dedicadas al narcotráfico, especialmente a la marihuana y al hachís, ponen encima de la mesa otro problema más para una policía desbordada que, en muchas ocasiones, está ligada de manos y pies para poder combatir este fenómeno.
Cataluña, líder de violaciones y robos con violencia
Más allá del problema del narcotráfico, Cataluña también tiene el dudoso honor de liderar los casos de violaciones y de los robos con violencia.
Según publicó recientemente Datadicto, las tres provincias de toda España que acumulan más agresiones sexuales por cada millón de habitantes son catalanas. Barcelona (45,3 casos por cada millón de habitantes) en primera posición, Tarragona (45) en segunda y Lérida (36,4) en tercera. Las tres superan claramente otras zonas como Madrid (27), Valencia (20,9) o Zaragoza (19,6).
Lo mismo pasa con los robos con violencia. Tres de las cinco provincias con más casos por cada millón de habitantes son de Cataluña. El ránking lo lidera Barcelona (908), seguida a mucha distancia de Madrid (419,5), Gerona (361), Valencia (346,8) y Tarragona (344,2).
Un San Juan negro
En todo este contexto, la jornada negra vivida este San Juan en Cataluña no hace más que confirmar el auge de la delincuencia en todo el territorio catalán. Un tiroteo con armas de guerra entre clanes de etnia gitana que acabó con dos personas muertas y el apuñalamiento de un joven en manos de un magrebí, sumado a los más de 55 detenidos que efectuó la policía esa noche, no dejan ser una muestra más del descontrol de la criminalidad en tierras catalanas en los últimos meses y años.
Más noticias: