Primer plano de Marc Buch con traje mirando fíjamente a cámara
POLÍTICA

La acertada petición a la justicia del alcalde Marc Buch tras un asesinato en Calella

La localidad experimentó el año pasado un repunte de la criminalidad del 20%

La inseguridad disparada en Cataluña ha traído como consecuencia el repunte de los delitos graves, como los homicidios. La pasada madrugada, un turista de nacionalidad británica fue mortalmente apuñalado en un local de ocio nocturno en Calella (Barcelona). La policía detuvo a un joven dominicano residente en el municipio como presunto autor de la puñalada mortal, y el caso está en manos de la División de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra.

Calella fue precisamente donde empezó el debate sobre la deportación de extranjeros multirreincidentes. Todo vino a raíz del traslado masivo de inmigrantes ilegales a localidades del Maresme, coincidiendo con un repunte de la violencia en lugares como Calella mismo. El alcalde de este municipio, Marc Buch, lideró la rebelión de los alcaldes de Junts que pidieron medidas drásticas para acabar con la multirreincidencia.

Marc Buch hace una petición

Marc Buch ha reaccionado ahora al suceso ocurrido estas últimas horas en Calella. A través de un mensaje en Twitter, ha lamentado “profundamente” la muerte de una persona y ha enviado el pésame a su familia. A continuación ha hecho una petición muy clara, y es que “el agresor no vuelva a salir a la calle de aquí a unas horas”.

El alcalde de Junts se refiere así al mecanismo excesivamente garantista que favorece un clima de impunidad para los delincuentes. Muchos de ellos, pese a acumular decenas de antecedentes, son puestos en libertad después de comparecer ante el juez, a la espera del juicio. Una vez en la calle vuelven a delinquir, produciéndose así una situación propicia para la multirreincidencia, que es la principal causa del repunte de la inseguridad en Cataluña.

Clamor en Cataluña

Marc Buch vuelve a ser la voz de un número cada vez mayor de catalanes que muestran su preocupación por la delincuencia disparada en ciudades de Cataluña.

La propuesta de los alcaldes del Maresme, con Buch a la cabeza, despertó conciencias sobre la necesidad de un cambio en las leyes y los procedimientos. Empezó entonces un debate sobre la deportación de extranjeros delincuentes, que hoy es ya un clamor en Cataluña.

De hecho, la ley de extranjería ya contempla la expulsión de los extranjeros con una acumulación importante de delitos, pero no siempre se aplica como debería.

Calella, al límite

El pasado otoño, la Generalitat desvió hacia localidades de la costa catalana como Calella a centenares de inmigrantes que el Estado había repartido desde Canarias a otras comunidades autónomas. Ante la falta de capacidad para alojarles en Barcelona, decidieron llevarles a hoteles de la costa en temporada baja. Aquello fue denunciado por partidos como Vox, que criticaron el traslado de los inmigrantes con nocturnidad y alevosía.

Además, en los últimos meses se ha producido un repunte de la criminalidad especialmente preocupante en Calella. Interior reconoció un aumento del 20% de los delitos en 2023, y accedió a una junta de seguridad extraordinaria para tomar medidas urgentes.

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