Cataluña cierra el año liderando las agresiones sexuales en todo el Estado

El mes pasado, el director general del Hospital Clínic, Josep Maria Campistol, habló de que “cada año crece la violencia sexual en nuestra ciudad. Es un problema de salud pública de nuestra sociedad”. Y con cifras en la mano, concluyó que el número de agresiones sexuales era “auténticamente demencial”. Ciertamente, los datos oficiales que vamos conociendo confirman esta advertencia del director general del Clínic.

Según el Ministerio del Interior, las cuatro provincias catalanas lideran las cifras de agresiones sexuales de toda España. De hecho, si se compara con el resto de provincias se observa que Cataluña conforma un ranking particular, bastante alejada del resto. Durante los nueve primeros meses del año, todas las provincias catalanas registraron 16 o más agresiones sexuales por cada 100.000 habitantes.

En el primer puesto se encuentra Lérida con 20 agresiones sexuales por cada 100.000 habitantes y le sigue Gerona con 17,9. Acto seguido, entran Tarragona con 16,5 y Barcelona con 16. Aunque las cifras sean más bajas, también destaca el caso del País Vasco, que se sitúa claramente por encima del resto de España:

Unas políticas que no funcionan

Estos datos vienen a reforzar una de las dinámicas más preocupantes de la seguridad en Cataluña: el aumento de las agresiones sexuales. Mientras que otros delitos empiezan a dar una tímida tregua, los delitos sexuales no se detienen. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, los hurtos han bajado un 7% en Barcelona, por ejemplo, pero los delitos contra la libertad sexual han aumentado un 3,2%.

Por su parte el Hospital Clínic ofreció una radiografía bastante exhaustiva de la comisión de estos delitos. El 44% de las víctimas son menores de 25 años y casi el 60% fueron una violación. Y como también han destacado las fuerzas policiales en otras ocasiones, el 56% de agresiones se producen en el entorno del domicilio o de un espacio seguro.

Todos estos datos confirman que Cataluña tiene un verdadero problema con la gestión de esta penosa problemática. Porque, además, las series históricas muestran que en esta situación del 2024 no ha sido una excepción. Por el contrario, en la última década hemos pasado de 8.900 delitos a 21.580.

Esto coloca una importante sombra de duda sobre las políticas aplicadas, así como sobre el tono ideológico de las mismas. Porque el énfasis en cuestiones feministas o ‘queer’ no parecen haber evitado que Cataluña triplique las tasas de agresiones sexuales de sus vecinos de Aragón o Valencia. Basta, por ejemplo, pasar de Teruel a Tarragona para que la tasa se multiplique casi por 8.