Un hombre joven con cabello rubio sostiene un micrófono mientras habla en un evento, vistiendo un saco beige y una camisa blanca.
POLÍTICA

El caso Josep Arcas y el doble rasero de la izquierda en Cataluña

La CUP ha puesto el atavoz en el acoso de un militante de las JNC mientras silencia sus escándalos internos

Esta semana una concejal de la CUP en Sant Cugat del Vallès denunció el acoso que lleva tiempo sufriendo por parte de un militante destacado de las juventudes de Junts. Se trata de Josep Arcas, que entre otras cosas llegó a darles condones a los concejales de la CUP durante un pleno "para evitar que se reprodujeran". Comportamientos aberrantes todos ellos, que provocaron la lógica expulsión de su organización y la apertura de una investigación interna.

Un hombre joven con traje gris habla en un micrófono al aire libre mientras otras personas están de pie detrás de él.

A partir de aquí, lo esperado, un ruido mediático ensordecedor que llama la atención al compararlo con otros casos de acoso que han pasado desapercibidos. En las redes sociales no tardaron en reprochar a TV3 que sacaran este caso y no otro más reciente: "Lástima que con el acoso que sufrió la hija de Sílvia orriols por parte de un periodista de la casa habéis callado".

Pero además, algunas mujeres han mencionado el contraste entre la sobreexplotación de este caso y la tibieza de la CUP con sus escándalos sexuales internos. 

“La CUP es muy valiente con los casos de acoso de los otros partidos mientras demuestra serlo muy poco con los casos internos de 2020 y 2022. Entonces no los hicieron públicos y tampoco los llevaron a la justicia”, denunció Núria en X.

Txell, una exmilitante de la CUP, criticó el mensaje de un cupaire que pedía autocrítica a Junts: “Los mismos que no hicieron nada con un concejal de su partido después de una agresión machista”. En otro tweet se preguntaba “por qué no todas somos iguales”, y respondió que “todas somos iguales, lo que no es igual es el machismo que se combate”.

La izquierda tiene un problema

La CUP ha tenido varios escándalos internos que han acabado saliendo a la luz per la dimensión mediática de sus protagonistas. Como el de los exdiputados Mireia Boya, que dejó la organización tras denunciar un caso de acoso, y Quim Arrufat, que acabó denunciando a la CUP por vulnerar su derecho al honor.

Pero más allá de estos casos, la organización ha tenido muchos otros casos que han sido tratados de forma interna e intentando que no vieran la luz. Esto contrasta con el altavoz mediático que han puesto sobre el caso de este militante de las JNC. Diferentes formas de tratar los casos que empieza a ser denunciado en las redes.

El caso Errejón esta misma semana ha demostrado que la izquierda tiene un problema entre su discurso de puertas para fuera y sus comportamientos de puertas para dentro. También en la gestión de los casos que, según varias afectadas, muchas veces se hace pensando más en la imagen del partido que en la justicia y reparación hacia las víctimas. 

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