El primer secretario del PSC, Salvador Illa, a su llegada para firmar el acuerdo sobre los presupuestos de la Generalitat, en la Sala de Diputados del Palau, a 27 de febrero de 2024, en Barcelona

POLÍTICA

Casi todos contra Salvador Illa

Junts y Esquerra prueban de erigirse como la única alternativa al líder del PSC, mientras que el PP y Vox también quieren sacar tajada de su tibieza con el procesismo

Cojan aire estos días de Semana Santa. Una vez los catalanes comamos la mona el lunes, entraremos en una precampaña electoral que promete ser dura, diaria y cansada. El 12 de mayo está a la vuelta de la esquina y la mayoría de formaciones ya han mostrado sus cartas y parte de su arsenal.

Desde hace meses todas las encuestas señalan a Salvador Illa y al PSC como el ganador de las elecciones, superando en algunas de ellas los 40 diputados. Los socialistas son, pues, el rival a batir y el exministro de Sanidad ya recibe golpes desde tres flancos: el procesista, el constitucionalista y los Comuns. Podríamos decir, literalmente, que casi todos los partidos que tienen opciones reales de entrar en Parlament centran su campaña en atacar al PSC.

Montaje fotográfico con Pere Aragonès de Fondo y con Salvador Illa, Carles Puigdemont y Jéssica Albiach en blanco y negro en primer plano

ERC y Junts pugnan por ser el rival del PSC

Es tan clara la victoria de Salvador Illa, que el procesismo se pelea para ser su rival. Como sucedió en 2017 con Arrimadas, desde Junts se asegura que Cataluña debe escoger entre el líder del PSC y Puigdemont. Esquerra insiste en lo mismo: las elecciones son entre Illa o Aragonès. El problema es que los socialistas no son Ciudadanos y Puigdemont ya no es el de 2017.

La gran mayoría de procesistas asumen que se deberá pactar con el PSC y no ven una amenaza real en Salvador Illa. De hecho, cuando uno pacta con los socialistas en Barcelona, en Madrid, en las Diputaciones y ayuntamientos, está normalizando el acuerdo con ellos. El PSC, a la frontera entre el constitucionalismo y el procesismo, no espanta al votante procesista.

PP y VOX, a sacar tajada

El anuncio de Carles Puigdemont puede ser una buena noticia para populares y VOX. Si el de Waterloo monopoliza la campaña y consigue poner el referéndum como tema central, permitirá a las dos formaciones marcar perfil y poner al PSC en un aprieto. Cuando Cataluña se polariza, los socialistas sufren y ganan los polos más opuestos. De aquí que Alejandro Fernández sea visto por muchos como el mejor candidato en el actual contexto y de que VOX ya haya confiado en Ignacio Garriga. Hasta Ciudadanos, que parece que se presentará finalmente, señala al primer secretario socailista.

Los dos principales partidos de derechas quieren apretar a Salvador Illa y buscar ese votante socialista que no quiere ver ni en pintura a Puigdemont. Alejandro Fernández ya ha afirmado que si hace falta, le dará sus votos en la investidura para que el PSC no tenga que pactar con el procesismo, y parece que esté será su argumento de campaña.

Montaje de Carlos Carrizosa, Alejandro Fernández, Salvador Illa y Ignacio Garriga

Los Comuns, los terceros en apretar a Salvador Illa

Si bien la CUP juega su guerra contra los otros procesistas y Aliança Catalana quiere reforzar la ideología, los Comuns también han iniciado su campaña contra el PSC. Pese a ser socios de Gobierno en Madrid, en Barcelona se han distanciado y mucho en los últimos meses. El papel de Ada Colau es clave y los Comuns bailan a su son. Aspiran a un tripartito, y no se esconden, pero quieren crecer a costa del PSC.

Este pasado lunes, Jéssica Albiach, flamante candidata de los Comuns, volvía a atacar al PSC por los presupuestos. Afirmaba que los socialistas apuestan por "políticas obsoletas, que son del pasado y caducas", en un peculiar modo de querer pactar con ellos el 13 de mayo. 

Todos dan por hecha la victoria de Salvador Illa y casi todos quieren pescar en sus votantes y a costa de él. Algunos piensan en aglutinar el votante procesista, otros convencer al indeciso socialista harto de los pactos con Junts. Los últimos, apelar al voto de izquierdas. Ya falta menos para ver si lo consiguen.

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