Montaje de Puigdemont y Sánchez tristes
POLÍTICA

Carles Puigdemont ya prepara el terreno para cortar con Pedro Sánchez

Junts per Catalunya asume que no hay opción para investir a Puigdemont y dejará caer a Sánchez si Illa es president

Eppur si muove. Aunque todos los actores de la política catalana lo nieguen, están pasando cosas y algunas formaciones ya se van moviendo tras el 12 de mayo. Uno debe diferenciar lo que se dice en la esfera pública y lo que realmente buscan con sus movimientos. Cojamos como ejemplo el partido de Carles Puigdemont, que asegura querer presentarse a la investidura.

El expresident dice desde Argelers que a él le salen los números. Exige la abstención de los socialistas, recordando a Pedro Sánchez que le ha hecho presidente pese haber perdido. Es aquí donde Puigdemont se hace fuerte: el PSOE perdió las elecciones del 23 de julio y, pese a esto, mantuvo Moncloa tras un pacto inesperado.

Junts asegura puertas afuera que la situación es parecida y que ahora Sánchez debe devolver el favor. Nada más lejos de la realidad. Carles Puigdemont sabe que no sucederá, que no hay opción alguna y tiene por delante dos posibles salidas, la que busca y la que puede verse obligado a asumir.

De un lado, a los juntaires les encantaría ir a nuevas elecciones. Puigdemont no tendría que irse a casa -a no ser que incumpla su promesa- y varios sondeos indican que a Junts le irían un poco mejor las cosas. En cambio, ERC se acabaría de hundir, un escenario que gusta a los herederos de Convergencia.

Montaje de Pedro Sánchez y Carles Puigdemont con el Tribunal Supremo de fondo

Lo que pasa, es que no depende de Junts esta decisión. El PSC mantuvo su último escaño en Lleida por 600 votos, de modo que el tripartito de izquierdas suma por los pelos. De momento, los Comuns ya han puesto las velas, el champán y la música para irse a la cama con Salvador Illa y todas las miradas se centran en ERC.

Serán los republicanos los que decidirán si hay repetición electoral o no, aunque de momento disimulen. Eso lo sabe Junts, que asume que es muy probable que Salvador Illa sea investido president. Eso convertiría a Junts en el principal partido de la oposición, no solo por votos, también por ideología.

Si el PSC escoge como muleta a PP y Vox, Puigdemont se erige como la alternativa nacionalista, mientras que si Illa pacta con Comuns y logra el apoyo de ERC, Junts plantará cara desde la ideología. Cualquier escenario, pues, lleva a los juntaires a marcar distancias con los socialistas y, por extensión, a romper con Pedro Sánchez.


Míriam Nogueras pone voz a la jugada de Puigdemont

"Usted, señor Sánchez, perdió las elecciones españolas pese a venir de presidir cinco años y hoy continúa en el cargo en minoría. No pienso que todo esto justifique esta prepotencia porque los números no le salen. Usted necesita siempre los números de otros porque con los suyos nunca es suficiente", decía este miércoles Míriam Nogueras en el Congreso.

Míriam Nogueras, con cara de enfadada, sentada en su escaño en el Congreso de los Diputados

El tono de la portavoz de Junts fue más duro de lo habitual, y no es tarea fácil. "Llora, pero no actúa señor Sánchez. Es necesario que no quede en mera estrategia electoral", añadía, hablando del 'lawfare', el 155 y las 'cloacas del Estado'.

No es casual: Junts prepara el terreno para romper con Pedro Sánchez. El partido de Puigdemont tiene muy poco a perder si no llega a la Generalitat y se aprueba definitivamente la amnistía. Su votante no es precisamente de izquierdas ni acaba de entender el pacto con Sánchez, de modo que romper con el PSOE parece la única salida posible.

La caída de Sánchez no sería de inmediato, evidentemente. Primero debe entrar en vigor la amnistía y se debe hacer un poco más de teatro, pidiendo el referéndum y el pacto fiscal. La presunta negativa de Sánchez llevaría a Junts a endurecer más su tono y dejar en evidencia a ERC, que seguiría entra la espada y la pared.

El entorno de Carles Puigdemont hace tiempo que está harto del PSOE y de las promesas para la investidura que no ha cumplido. Más allá de la amnistía, no hay nada y si Junts se queda sin el poder autonómico, no tiene ningún argumento para sostener Moncloa. Así están las cosas y así se están moviendo los juntaires: habrá ruptura y no queda demasiado.

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