Carles Puigdemont, entre el PSOE y el PP

Junts se reúne hoy para hacer balance del acuerdo de investidura con el PSOE un año después. Tras la reunión de la ejecutiva en Bruselas, el presidente del partido, Carles Puigdemont, dará una rueda de prensa. Una oportunidad para aumentar la presión sobre los socialistas.

Al mismo tiempo que el PSOE quiere afianzar su relación para sacara adelante los presupuestos, el PP vuelve a seducir a los postconvergentes. Más como una estrategia de desestabilización del Gobierno, que como una posibilidad real de pacto. Con todo, esto vuelve a situar a Carles Puigdemont en medio del fuego cruzado de PSOE y PP.

Lo cual juega a su favor, porque la sombra de la moción de censura sube el precio de las exigencias a Pedro Sánchez. Y esta es precisamente la razón por la que Puigdemont descarta un pacto con el PP. Le conviene más tener a un Gobierno debilitado al que poder chantajear.

El PP prepara una alianza a largo plazo

Una máxima recorre los pasillos de Génova, y es que si Pedro Sánchez no cae ahora ya no caerá en lo que queda de legislatura. Y esto es porque Junts, quien lo iba a decir, se ha revelado como uno de sus socios más fiables. Quisquillosos y exigentes, sí, pero también los más interesados en seguir sosteniendo a Sánchez.

Descartada la moción de censura, Feijóo trabaja para forjar una alianza con PNV y Junts de cara a la próxima legislatura. Su estrategia consiste en acentuar las diferencias ideológicas entre un PSOE ancorado a la izquierda y un Junts cada vez más a la derecha.

El PP ha formulado dos propuestas en fiscalidad y vivienda para tentar a los nacionalistas vascos y catalanes.

Una es la rebaja fiscal de hasta 12.000 euros en el IRPF a los jóvenes para destinar a vivienda, formación, emprendimiento o natalidad. La segunda tiene que ver con facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes. Un tema este menos atractivo para el PNV, pero en cambio muy tentador para Junts para rivalizar con el plan de vivienda de Salvador Illa.

Explotar la rivalidad Puigdemont-Illa

El PP no confía en que esto dé resultados a corto plazo. Lo ve más bien como una estrategia de desgaste, y la preparación de nuevas alianzas cuando Pedro Sánchez caiga. Hay que recordar que, según las encuestas, el Gobierno de coalición tiene muy difícil revalidar su mayoría.

Junts por ahora hace oídos sordos, pero importantes sectores del partido se ven más cerca del PP que del PSOE en lo ideológico. Y esto es muy importante, porque la ideología es el nuevo campo de batalla con ERC en Madrid y con Sílvia Orriols en Cataluña. Los de Puigdemont están dispuestos a conquistar el espacio conservador ante una izquierda que se hunde.

Puigdemont dirá hoy en rueda de prensa que están muy disgustados con el PSOE pero que lo suyo sigue adelante. Mientras, le van cayendo regalos de Moncloa como el pacto fiscal y las competencias en inmigración.

Y todo sin dejar de mirar de reojo al PP, por los nuevos escenarios que puedan abrirse pronto en la política española.